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16/01/2015, Cooperativas Agro-alimentarias
La eliminación del gluten en la dieta solamente debe de hacerse por prescripción facultativa y tras las oportunas pruebas médicas. La campaña “Pan Cada Día” explica las características del gluten y cuándo debemos suprimirlo de nuestra dieta.
Existe una tendencia al alza en la actualidad en la que numerosas personas han decidido suprimir el gluten de sus dietas convencidas de que es la causa de sus problemas digestivos. Sin embargo, la realidad es que la eliminación del gluten de la dieta solo se recomienda a las personas intolerantes al gluten, tras ser diagnosticadas.
Por otro lado, no se ha demostrado científicamente que la eliminación del gluten en las dietas de personas no celíacas tenga beneficios de ningún tipo para la salud. El seguimiento de una dieta sin gluten, que no haya sido supervisada por un facultativo, podría derivar en un déficit en nutrientes.
En primer lugar, debemos saber que el gluten son las proteínas (gliadinas y gluteninas) más importantes del trigo, la cebada y el centeno, aunque también podría aparecer en la avena, ya que a pesar de que actualmente ésta se considera libre de gluten, se puede producir contaminación cruzada en cultivos conjuntos con trigo, en el proceso de cosecha, molienda y almacenaje.
El gluten puede no ser tolerado por ciertas personas, que sufren la conocida enfermedad celiaca, provocada por una reacción autoinmune a las proteínas del gluten, en individuos genéticamente susceptibles. Esta patología, se presenta con síntomas tanto gastrointestinales como extra-intestinales, siendo incluso asintomática en algunos casos. Su tratamiento, es consumir productos que no contengan gluten, siendo esta medida sólo recomendada en las personas con esta patología.
Hay que señalar que no hay evidencia experimental publicada que apoye el empleo de dietas sin gluten en personas sin enfermedad celiaca o sin sensibilidad al gluten. De hecho, de forma contraria, hay datos que sugieren que el gluten en sí, puede proporcionar beneficios en la salud y que evitar el gluten en la dieta no está justificado en personas que no lo necesiten, por no ser celiacas o no presentar una sensibilidad al gluten.
Por otro lado, se ha constatado según el estudio “Effects of a gluten-free diet on gut microbiota and immune function in healthy adult human subjects”, que eliminar sin razón el gluten de la dieta puede tener efectos perjudiciales. Por ejemplo, se sabe que la oligofructosa e inulina presentes en el trigo, presentan un efecto beneficioso en la composición de la microbiota intestinal, que puede proteger al intestino frente a algunos tipos de cáncer o estados inflamatorios, así como ejercer protección frente a la enfermedad cardiovascular. De hecho, trabajos recientes han señalado que las dietas sin gluten pueden conducir a una disminución de las bacterias intestinales beneficiosas, provocando cambios adversos en la microbiota intestinal.
Por otra parte, aunque el aumento en el mercado de productos sin gluten ha facilitado a las personas celiacas el seguimiento de dietas equilibradas, que ayudan a los consumidores a obtener los beneficios de los cereales integrales y a evitar algunas de las deficiencias nutricionales (como la ingesta inadecuada de tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico o hierro), asociadas, frecuentemente, a las dietas libres de gluten, esto no implica que la dieta sin gluten sea, de por sí, una dieta más saludable para personas sanas.
Además, el estudio “Disponibilidad, costo y valor nutricional de los alimentos libres de gluten en comercios de la ciudad de Santa Fe”, señala que el precio de los productos libres de gluten suele ser más elevado que el de sus homólogos con gluten, por lo que las dietas sin gluten no sólo no son las más beneficiosas para la salud sino tampoco para el bolsillo.
En resumen, desde la campaña Pan Cada Día resaltan, con el fin de informar correctamente a los consumidores, las características y beneficios del pan dentro de una dieta equilibrada y saludable. Aunque las dietas sin gluten están claramente indicadas para las personas con enfermedad celiaca o con sensibilidad al gluten, e incluso se ha señalado que pueden ser beneficiosas en personas con otras patologías autoinmunes crónicas como la psoriasis, la artritis reumatoide, etc., suprimir el gluten de la dieta no es una idea acertada en personas sanas.