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OMC: Los agricultores del mundo entero no deben ser sacrificados en nombre del libre comercio

22/07/2008, COPA-COGECA

Los representantes de los agricultores del mundo entero han presentado al director general de la OMC, Pascal Lamy, una declaración conjunta en la que afirman su oposición a la propuesta actual aplicable a la agricultura, que sólo conviene a unos pocos grupos industriales exportadores y que llevará a un gran número de familias agrícolas a la ruina, según una nota del COPA-COGECA. Y sin embargo, estas familias agrícolas son los principales proveedores de productos alimenticios de las poblaciones locales.

Desde ayer está celebrándose una reunión mini ministerial en Ginebra, en la que un grupo selecto de Estados miembros está renovando sus intentos de alcanzar un acuerdo en la Ronda de Doha de la OMC. Si las propuestas que se están negociando actualmente salen adelante, se sacrificaría a los agricultores del mundo entero, particularmente a los pequeños agricultores, en nombre del libre comercio. Y todo ello, a pesar de que está perfectamente claro que lejos de resolver la crisis alimentaria global, o los crecientes problemas ambientales, una mayor liberalización una y otra vez no hace más que exacerbarlos, poniendo en peligro, en el mundo entero, la existencia de las explotaciones familiares gestionadas de manera sostenible y que operan principalmente en sus mercados internos.

En una declaración conjunta, los dirigentes agrícolas de los países desarrollados, emergentes y en vías de desarrollo, entre ellos Suiza, la UE, Japón, Canadá, Sri Lanka y Kenia han dejado claro que los únicos países que se benefician de las propuestas que están negociándose sobre agricultura son unos cuantos grandes exportadores de productos agrícolas, como EE.UU., Brasil y Australia, a expensas de las pequeñas explotaciones, que son la espina dorsal de las comunidades rurales. En su declaración, los agricultores piden a la OMC que se respete el derecho de cada país a producir alimentos para su propia población. También piden que se tenga en consideración las preocupaciones nacionales específicas relativas a la seguridad alimentaria, el medio ambiente, el bienestar de los animales y las zonas rurales.

Todas las organizaciones agrarias firmantes de la declaración están de acuerdo en lo siguiente: no se oponen a un acuerdo; ahora bien, ¡no a cualquier precio! El deber de la OMC es propiciar el desarrollo de la agricultura en todo el mundo y no destruirla en beneficio de unos pocos. Y aún menos, en un período en que la escasez de productos alimenticios no deja de aumentar.

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