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La comarca de Abona se encuentra situada en la vertiente meridional de la Isla de Tenerife (Canarias), ocupando los planos inclinados que desde el macizo del Teide descienden hasta la costa. El viñedo se extiende desde los 400 metros hasta los 1.700 de altitud, diferenciándose dos estratos en relación con este factor: uno que va desde los 400 hasta los 800m., y que se caracteriza por terrenos volcánicos muy porosos, de elevada higroscopicidad y capaces de absorber el agua de la humedad del ambiente; y una zona alta que alcanza los 1.700 m. en Vilaflor, altitud verdaderamente asombrosa para el cultivo de la vid. En esta parte de mayor altitud, la viña se asienta sobre terrenos arcillosos de oscura coloración y alta fertilidad, cultivándose en vaso, formación excepcional en todo el viñedo canario.
El clima es mediterráneo suave, con extraordinarias condiciones de sanidad, que permite un cultivo de la viña en el que los tratamientos fitosanitarios prácticamente no son necesarios.
La variedad más cultivada es la Listán Blanca, acompañada de una gran diversidad de blancas y tintas minoritarias (Bermejuela, Gual, Malvasía, Moscatel, Listán Negro, Negramoll, etc.).
Al norte de Barcelona, frente al Mediterráneo se encuentra la pequeña pero afamada Denominación de Origen Alella. Su superficie de viñedo es de apenas 600 hectáreas, emplazadas sobre terrenos fundamentalmente arenosos de origen granítico.
El clima es agradable todo el año, ofrece una media de 15ºC, y las precipitaciones, que no sobrepasan los 600 mm, se concentran en otoño y primavera.
Las cepas más típicas de esta Denominación de Origen son las de Pansá Blanca, y la tinta Ull de Llebre (Tempranillo). Esta Denominación se inclina por la producción de vinos blancos, secos y semisecos, afrutados y aromáticos, aunque también elabora buenos tintos de crianza con la cepa Ull de Llebre.
Uniendo tradición y modernidad, pasado y futuro, campo y ciudad, mar y montaña, la pequeña Denominación de Origen Alella, es hoy además de un símbolo, una realidad tangible en sus vinos elegantes, perfumados y cristalinos, que son un excepcional ejemplo de sabia armonía, ya que en ellos encontramos la serenidad septentrional y la pasión mediterránea.
En la provincia de Alicante, a un lado y a otro del río Vinalopó, se enmarcan espaciadamente los viñedos de esta Denominación de Origen. En esta tierra de escasa pluviosidad se cultiva especialmente la cepa tinta Monastrell, muy resistente, y la Moscatel en la Subzona de La Marina.
Estas cepas son la base de la especialidad local: los tintos, vinos robustos, de elevado extracto, que con el paso del tiempo adquieren un color rubí teja, y desarrollan un característico bouquet, suave al paladar. En la zona de La Marina, además, se elaboran exquisitos vinos de licor, como el Fondillón, tradicional de la zona y de gran intensidad aromática.
Los municipios de Ayora, Almansa y Chinchilla forman un triángulo geográfico que produce vinos amparados por la Denominación de Origen Almansa.
El clima es muy riguroso, semiárido, seco y continental, con inviernos muy fríos y veranos muy calurosos. El viñedo de esta Denominación de Origen se extiende sobre suelos calizos, por encima de los 700 metros de altura.
Entre las viníferas blancas, se cultiva la variedad Merseguera, pero, las tres cuartas partes del viñedo se reservan a las variedades tintas Monastrell y Garnacha Tintorera, cepas que permiten elaborar vinos recios, secos, suaves, de color rojo rubí, enérgicos y de amplio extracto.
La zona de producción de esta Denominación de Origen se encuentra dentro de la parte cantábra del territorio de Álava, comprendiendo los municipios de Amurrio, Artziniega, Ayala/Aiara, Laudio-Llodio y Okondo.
Se elaboran en la zona vinos ligeros y muy refrescantes, fundamentalmente blancos a partir de la variedad Hondarribi Zuri, así como rosados y tintos con otras variedades secundarias como la Hondarribi Beltza, Petit Manseng, Petit Corbu y Gross Mansen.
La Ribera del Arlanza se sitúa en la zona centro de la provincia de Burgos, en el valle medio y bajo del río Arlanza y de sus afluentes hasta su confluencia con el Pisuerga y sureste de Palencia. La Denominación está compuesta por 67 nucleos de población, de los cuales 54 pertenecen a la provincia de Burgos y 13 a la de Palencia.
Las variedades de uva utilizadas son la Tinta del País (95% del total) y en menor medida la Mencía, Garnacha y Cabernet Sauvignon, en tintas, y las blancas Albillo y Viura.
La zona de producción comprende el suroeste zamorano y el nordeste salmantino. La comarca fue declarada en 2002 Parque Natural de Arribes del Duero por su alto valor ecológico, mínimamente alterado por la mano del hombre. Dada la antiguedad del viñedo en la zona (65 años de media), la casi totalidad del mismo se dispone en vaso, aunque últimamente se están realizando plantaciones en espaldera.
La variedad principal de la uva tinta es la Juan García, uva autóctona de gran personalidad y finura, admitiéndose como complementarias Rufete, Tempranillo y Garnacha. La Malvasía es la variedad principal entre las blancas, junto con la Verdejo y la Albillo.
La Denominación elabora vinos tintos complejos, aromáticos y de largo paladar, idóneos para el envejecimiento en barrica, y elegantes y armoniosos blancos y rosados.
La Denominación de Origen Bierzo se encuentra situada en una comarca perfectamente diferenciada en el occidente de la provincia de León, la comarca del Bierzo. Ocupa una depresión u hoya tectónica rodeada de importantes formaciones montañosas (Montes de León y Cordillera Cantábrica), ligeramente abierta al suroeste por el valle del Sil, lo que le permite recibir una clara influencia atlántica que le confiere rasgos climáticos muy peculiares, con ventajas mediterráneas y atlánticas a la vez: temperaturas suaves, alta insolación y buen aporte hídrico.
El viñedo se extiende en parcelas homogéneas, en las zonas bajas, y de media ladera.El fondo de la depresión, a unos 400 m de altitud, presenta un relieve fundamentalmente llano, correspondiente a los niveles fosilizados de las terrazas fluviales del Sil y sus afluentes, que atraviesan y drenan la zona. Los bordes de la depresión son muy accidentados, alcanzando el viñedo altitudes próximas a los 800 metros.
La depresión se encuentra recubierta por sedimentos miocénicos y cuaternarios (derrubios, arenas y arcillas principalmente), mientras que en los bordes aparecen pizarras primarias muy exfoliadas.
Los vinos del Bierzo se elaboran con las variedades tintas Mencía y las blancas Doña Blanca y Godello, principalmente. Además, el Consejo Regulador autoriza otras variedades experimentales mejorantes, como la Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon, en cuanto a uvas tintas, y Chardonay y Gewurztraminer en lo que a uva blanca se refiere. Sólo se permite su utilización para la elaboración de vinos tintos de crianza y reserva, en una proporción no superior al 15%.
Casi en el centro geográfico de la isla de Mallorca, en un paisaje de suave relieve donde domina la llanura, y protegida de los vientos del Septentrión por el importante macizo de Sierra Alfabia, aparece esta Denominación de Origen, pequeña en extensión pero de muy interesantes características vitivinícolas y ya larga tradición.
Cinco municipios componen la zona de producción siendo Binissalem el de mayor realce. El viñedo, primorosamente cultivado, asienta sus raíces sobre suelos bien dotados de caliza, profundos, pedregosos, de texturas adecuadas. Tales condiciones junto a un clima benigno, mediterráneo, de veranos secos y cálidos y suaves inviernos, permiten el desarrollo y maduración equilibrada de los frutos de las variedades autóctonas Manto Negro y Callet (tintas) y Moll (blanca), base de la viticultura tradicional y de su personalidad y estilo.
Entre los vinos de la zona son los tintos de Manto Negro los que más fama han alcanzado, vinos jugosos y elegantes, que presentan condiciones para la crianza en roble. No obstante, los rosados y blancos, elaborados con tecnología moderna, justifican merecimientos suficientes como para sorprender gratamente a los buenos aficionados a los vinos de calidad.
Los municipios de Bullas, Cehegín, Calasparra, Moratalla, Caravaca, Mula y Ricote, así como las pedanías altas de Lorca, en el centro-oeste de la provincia de Murcia, integran la Denominación de Origen Bullas. Se trata de una comarca interior a la que el Sistema Bético le confiere un accidentado relieve formado por altiplanicies y vallonadas enmarcadas por serranías de considerable altitud (hasta 2000m).
El viñedo ocupa una serie de planicies escalonadas que se elevan hasta casi alcanzar los 1.000 m de altura, con suelos bastante profundos, pobres en Nitrógeno y materia orgánica, pero ricos en potasio.
El clima es de tipo mediterráneo muy matizado por la altitud de la zona, lo que significa inviernos cortos pero rigurosos, y veranos largos y calurosos durante el día pero con notable refrescamiento nocturno, factor de clara influencia positiva sobre la calidad de la uva. Las lluvias, sin ser abundantes, no resultan tan escasas como en otras zonas del sureste peninsular.
Los vinos más característicos de Bullas son los rosados, que acaparan el 75% de la producción. Son vinos muy apreciados en la región murciana por su excelente estructura, paso de boca y frutosidad. Los tintos jóvenes, amplios, con carácter, y afrutados, despiertan cada vez más el interés del consumidor; también se elaboran tintos de crianza, aunque en escasa cantidad. La producción de blancos apenas alcanza el 2% del total.
En el ángulo suroccidental de la provincia de Zaragoza se extiende la Denominación de Origen Calatayud, enmarcada por las formaciones montañosas que se desprenden del macizo del Moncayo, y se organiza alrededor de una compleja red hidrográfica formada por los afluentes del Ebro, Jalón, Jiloca y otros menores.
El viñedo se cultiva sobre las antiguas terrazas fluviales, pedregosas y calizas. La variedad predominante es la tinta Garnacha, seguida de la blanca Macabeo. El clima seco, de muy alta insolación y fríos inviernos, contribuye a que la materia prima obtenida sea de excelente calidad.
Al Oeste de la provincia de Zaragoza, al norte de la Denominación de Origen Cariñena, se extiende el viñedo de la Denominación de Origen Campo de Borja. Se trata de una comarca de condiciones climáticas y edafológicas rigurosas. Su clima extremado, presenta inviernos fríos y veranos muy cálidos y prolongados con acusada sequedad. Los suelos vitícolas son sueltos y pedregosos, lo que les confiere excelente aireación y drenaje, pobres en materia orgánica, y bien dotados de caliza.
En este difícil medio, la variedad tinta Garnacha expresa sus mejores cualidades enológicas, dando lugar a una interesantísima producción de vinos tintos y rosados. Los vinos blancos son monovarietales de la uva Macabeo, ligeros en boca, delicado aroma, frescos y agradables. También se elaboran mistelas, moscateles y cavas.
En la ruta de Don Quijote establecida por la Junta de Castilla-La Mancha encontramos el municipio toledano de La Guardia. Siendo en este excepcional enclave donde está emplazado el pago vitícola de "Campo de La Guardia" con una extensión de 81,06 hectáreas.
Solo con uvas procedentes de la finca calificada de Pago se obtienen estos vinos. Presentando estos, rasgos y cualidades singulares, como consecuencia de las características edáficas y del microclima propio de la zona. Los terrenos están constituidos por calizas y arcillas con afloramientos de yeso del Terciario. Los suelos son pardo-calizos sobre materiales calizos y rendzinas sobre materiales calizos. El clima mediterráneo templado con inviernos fríos, con temperaturas de 4-6 grados centígrados en enero y de 24-26 en julio. En cuanto a las precipitaciones, la media anual es inferior a 400 mm.
El resultado son vinos originales y con personalidad, consecuencia del terreno, de sus variedades y de un clima único.
El viñedo acogido a esta denominación, se localiza en el suroeste de Asturias y, comprende los concejos de Cangas del Narcea, Allande, Degaña, Grandas de Salime, Illano, Pesoz, Ibias y determinas parroquias del termino municipal de Tineo.
Toda la zona cuenta con un microclima especial, con menos pluviometría y más horas de insolación que el resto de Asturias. Esta situación permite el desarrollo del viñedo, generalmente situado en laderas con fuertes pendientes y orientaciones sur, como zonas más favorables.
Catorce municipios del Sur de la provincia de Zaragoza integran la zona de producción de esta tradicional y renombrada Denominación de Origen. Situada en el piedemonte del Sistema Ibérico, en altitudes entre los 500 y 850 m sobre el nivel del mar, el terreno se presenta suavemente movido, con suelos de escasa fertilidad pero con excelentes condiciones de permeabilidad y sanidad. El clima es seco y de temperaturas extremas, influenciado por el frío y seco Cierzo.
Tradicionalmente se cultivan las variedades Garnacha tinta, Mazuela y Juan Ibáñez, entre las tintas, y la Macabeo (o Viura) y Garnacha Blanca en blancas. Estas variedades están siendo complementadas en los últimos años con las tintas Tempranillo y Cabernet Sauvignon y la blanca Parellada, lo que ha permitido adaptar las tradicionales producciones a los gustos más actuales del consumo, ampliando sustancialmente la gama de sus vinos.
Los vinos tintos que se elaboran en la Denominación de Origen Cariñena cubren la totalidad del espectro: alegres y afrutados jóvenes de bellas tonalidades rojo-violáceas; sabrosos, amplios y equilibrados vinos de crianza, y complejos y elegantes reservas. No obstante, se mantienen las tradicionales producciones de vinos tintos de gran capa, robustos y de elevada graduación alcohólica.
La Historia de Casa del Blanco, una finca ubicada en el término municipal de Manzanares (Ciudad Real) abarca más de 150 años donde la tierra ha visto pasar historias de gentes trabajadoras, temporales, heladas...
Las instalaciones de la Bodega de Pago Casa del Blanco ocupan una superficie global de 4.200 metros cuadrados; instalaciones que se dividen en dos zonas que están perfectamente fusionadas: Zona de Elaboración y Zona Lúdica y Social.
Tras 20 años de investigaciones y de diferentes reconversiones de variedades de uva, en la actualidad Pago Casa del Blanco cuenta con 12 variedades, 4 variedades blancas y 8 variedades tintas.
- Variedades Blancas: Airén (en vaso y de secano), Sauvignon Blanc, Chardonnay y Moscatel de Grano Menudo (en espaldera y riego por goteo).
- Variedades Tintas: Tempranillo (11 hectáreas de más de 40 años con rendimientos de 2.500 kilogramos por hectárea), Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Petit Verdot, Malbec, Cabernet Franc y Garnacha.
Esta Denominación de Origen extiende su zona de producción prácticamente por toda la superficie de uva de vinificación de la Comunidad Autónoma de Cataluña (ampara a más de 330 municipios), si bien el número de hectáreas inscritas es mucho menor.
Así mismo, las variedades admitidas para la elaboración de los vinos acogidos a esta DO son todas las reglamentariamente autorizadas en la Comunidad Autónoma de Cataluña, es decir 30 variedades, 16 de ellas blancas y 14 tintas.
Entre las blancas, predominan las autóctonas Macabeu o Viura, el Xarel·lo -también llamado Cartoixà o Pansal o Pansa Blanca-, y la Parellada o Montonenc, que dan como resultado unos vinos frutados y de mucha finura, con acidez, y de graduación moderada entre 10 y 12 % vol. Son vinos jóvenes, ligeros y frutados. La Garnatxa Blanca y la Chardonnay están muy extendidas en esta Denominación para la elaboración de vinos envejecidos.
En las uvas tintas, destacan las variedades autóctonas L'Ull de llebre, el Samsó o Crusilló o Mazuela, la Garnatxa Negra o Lladoner, la Peluda y el Monastrell; y las foráneas Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Merlot y Pinot Noir, que se han adaptado perfectamente a la zona.
Como es de suponer, por tanto, esta denominación produce una gran variedad de vinos que han de responder a alguna de las siguientes categorías: blanco, tinto, rosado, de aguja y de licor. Los vinos tranquilos pueden recibir algún grado de envejecimiento, dando lugar a las menciones Crianza, Reserva o Gran Reserva.
La Región del Cava está formada por un total de 159 municipios que configuran su zona de producción. La mayor parte de ellos se encuentran ubicados en Cataluña, donde se elabora más del 99% de su producción, destacando la comarca del Penedés como principal zona elaboradora, y más concretamente la población de Sant Sadurní d'Anoia, principal centro productor (75%) y capital del Cava.
El Penedés Vitícola, su principal zona de producción, tiene suelos muy variados debido a la diversidad geológica y orográfica, calcáreos y permeables al agua. El clima es el típico mediterráneo, con inviernos suaves y veranos no excesivamente calurosos.
El Cava es un vino espumoso de calidad producido en una región determinada (v.e.c.p.r.d.) elaborado por fermentación en botella según el método tradicional.
Las variedades de uva autorizadas por el Consejo Regulador son las blancas Macabeo, Xarel-lo, Parellada y, en menor medida, Subirat o Chardonnay; y las tintas Garnacha, Monastrell, Pinot Noir y Trepat, estas dos últimas utilizadas exclusivamente para la elaboración de cavas rosados.
A pesar de que la superficie de viñedo en esta Denominación de Origen es realmente exigua, apenas alcanza las 50 ha, su zona de producción aparece esparcida por casi toda la provincia de Bizkaia, con dos núcleos principales, uno en el Norte, en la zona de Baquio, y otro en el Oeste, alrededor de Balmaseda.
La provincia de Bizkaia constituye una gran depresión de la Cordillera Cantábrica y se encuentra surcada por alineaciones montañosas de considerable altitud. El clima es típicamente Cantábrico, húmedo y de temperaturas suaves.
El viñedo, cultivado siempre en formas altas (los típicos parrales o modernas espalderas) para alejar los preciados frutos de la humedad del suelo, busca para su acomodo en la angostura de los valles aquellas orientaciones más favorables para la maduración de las uvas; estas superficies son necesariamente limitadas pero de condiciones muy homogéneas en todo el territorio.
Aunque no están ausentes los tintos y rosados (ojo de gallo), la producción fundamental de esta zona son los blancos, de atractivo color pajizo-verdoso, con moderada graduación alcohólica, refrescante acidez y ligera aguja, y de aroma floral, que deben ser consumidos en la plenitud de su primera juventud.
La Denominación de Origen Chacolí de Bizkaia-Bizkaiko Txakolina ampara y controla estos tradicionales y singulares vinos, que son objeto en la actualidad de una esmerada elaboración y cuidada presentación al consumidor.
En la costa de Guipúzcoa, a unos 30 km. de San Sebastián, en un bello y apacible entorno de suaves colinas y verdes valles, se encuentra situada la pequeña comarca de Getaria, cuya Denominación de Origen vitivinícola está integrada por los viñedos de los municipios de Getaria, Zarauz y Aia.
La zona disfruta de un clima suave de influencia atlántica, de temperaturas medias elevadas y alta pluviometría. Por este motivo, el viñedo se localiza en las laderas mejor soleadas, bien ventiladas y en terrenos bien drenados, adoptando formas emparradas. Dos variedades, de origen remoto, intervienen exclusivamente en la elaboración del Chacolí, la blanca y mayoritaria: Ondarrabi Zurri; y la tinta y de escaso color: Ondarrabi Beltza.
Los chacolís de Getaria, tradicionalmente blancos, presentan la particularidad de mantenerse sobre lías después de la fermentación, lo que les confiere una singularidad aromática muy peculiar, frescura, moderada graduación alcohólica, muy agradables y con acusada personalidad.
La Denominación de Origen Cigales se extiende a ambos lados del río Pisuerga, por once municipios de la provincia de Valladolid, al norte de la capital, y por el de Dueñas de la provincia de Palencia.
Su viñedo se cultiva en suelos arenosos, calizos, con margas yesíferas reposadas sobre arcillas y gravas. La climatología se corresponde con un clima continental con influencia atlántica, de grandes oscilaciones térmicas, irregularidad pluviométrica y fuerte sequía estival. Los inviernos son crudos y prolongados.
Las variedades de uvas autorizadas por el Consejo Regulador de la DO Cigales son la Tinta del País (Tempranillo), Garnacha Tinta y Garnacha Gris, y las blancas Berdejo y Albillo.
La Tinta del País es la variedad considerada como principal, ya que ocupa el 70% de la superficie vitícola. Esta uva produce excelentes rosados por su potencial aromático, riqueza en extracto y aporte de color violáceo a los vinos. Además, forma parte en un 100% en la elaboración de tintos.
La zona de la Conca de Barberà se sitúa en el Norte de la provincia de Tarragona (Cataluña), limítrofe con la de Lérida, formando parte de la gran depresión del Ebro.
El medio natural de la Conca es muy homogéneo. Los terrenos son fundamentalmente calcáreos y consistencia media y media-fuerte. El clima es mediterráneo pero con marcada influencia continental, de inviernos fríos y veranos no excesivamente calurosos, y pluviometría de régimen típicamente mediterráneo.
El cultivo del viñedo en la zona es de antigua tradición, constituyendo actualmente la más importante producción agrícola. La Denominación de Origen Conca de Barberà, amparada por su Consejo Regulador, cuenta actualmente con 6.000 ha. de viñedos y una producción media de 250.000 hl. de vino.
En la provincia andaluza de Huelva, abarcando 17 municipios, se encuentra la Denominación de Origen Condado de Huelva.
El clima es templado, influenciado por los vientos húmedos del Oeste y Suroeste, con precipitaciones importantes. Los suelos son sueltos, arenosos, permeables y de moderada fertilidad.
En esta zona de producción, domina la variedad blanca Zalema, con la que se elaboran buenos vinos del año, pálidos y de aroma afrutado. Pero Condado de Huelva destaca especialmente por sus vinos generosos, como el Condado Pálido, de color amarillo, seco, levemente amargo, ligero y fragante al paladar, sometido a crianza biológica o en flor; y el Condado Viejo, de color ámbar, de mucho cuerpo, seco o abocado, aromático, sometido a crianza oxidativa y biológica.
Raimat, Artesa, Vall de Ríu Corb y Les Garrigues son las cuatro subzonas leridanas que integran la Denominación de Origen Costers del Segre.
Raimat, de pequeña extensión, está situada a poniente de la capital leridana, cerca del límite de Huesca. Enclavada en una de las zonas agrícolas más desarrolladas del país, esta comarca se caracteriza por su suave relieve. Cuenta con una tradición que abarca tres cuartos de siglo y un viñedo de variedades selectas, perfectamente cultivado, que mediante cuidadosas prácticas de elaboración produce vinos blancos de gran finura y delicadeza, tintos de elegante complejidad y equilibrio, así como espumosos de gran personalidad y riqueza en matices.
Artesa, se ubica al noroeste de la capital, en un territorio accidentado que atraviesa el río Segre de este a oeste. Esta comarca vitivinícola se caracteriza por un clima muy extremado, de inviernos especialmente rigurosos y prolongados, lo que obliga a cultivar variedades a ciclo corto: Macabeo, Monastrell y Cabernet Sauvignon. Se elaboran blancos, tintos, y rosados.
Vall de Ríu Corb y Les Garrigues, pertenecen a la depresión del Ebro, en el sureste de la provincia, colindantes entre sí y ambas con la de Tarragona. Son tierras secas, áridas, de alta insolación que proporcionan excelente maduración y sanidad al viñedo. Se producen vinos blancos y tintos, francos y robustos, destacando su graduación alcohólica.
El vino de calidad esta producido exclusivamente con uvas procedentes del pago vitícola "Dehesa del Carrizal". Este está integrado por varias parcelas de viñedo ubicadas en el término municipal de Retuerta del Bullaque, de la provincia de Ciudad Real.
Las variedades cultivadas en esas parcelas son blancas y tintas y se destinan a la elaboración de vinos blancos monovarietales y tintos resultantes de mezclas, en porcentajes determinados, de las variedades autorizadas.
Hay blancos jóvenes que se obtienen con fermentación en barrica de una parte del vino mientras el resto fermenta en depósitos de acero inoxidable, mientras que todos los tintos son envejecidos en barrica de roble de 225-300 litros de capacidad o en tinos, durante un tiempo que varía entre 3 y 24 meses.
Como mérito a las características de sus vinos y la personalidad de su terruño, Dehesa del Carrizal recibió la máxima clasificación dentro de los vinos españoles el 01/02/2006.
La Denominación de Origen Dominio de Valdepusa está integrada por tres parcelas de viñedo ubicadas en el término municipal de Malpica de Tajo, en la provincia de Toledo. Esta Denominación forma parte de los llamados Vinos de Pago.
Las variedades cultivadas en el pago Dominio de Valdepusa son todas tintas y se destinan a la elaboración de vinos tintos monovarietales o resultantes del ensamblaje, en distintas proporciones, de las variedades autorizadas (Syrah, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Petit Verdot y Merlot. El máximo cuidado de la materia prima y las innovadoras y avanzadas técnicas de cultivo hacen de los vinos del Dominio de Valdepusa un producto de altísima calidad y gran prestigio.
El terreno de la isla de El Hierro, de reciente vulcanismo, es muy poroso, lo que impide la formación de arroyos ni el alumbramiento de manantiales por lo que, aunque las condiciones climáticas son similares a las de otras islas occidentales, influidas por los vientos húmedos alisios, El Hierro tiene fama de seca y árida. Esta consideración no impide, sin embargo, la existencia en ella de pastizales y masas forestales, ni que el viñedo encuentre, desde los primeros tiempos de la conquista hispana, un excelente acomodo.
El viñedo se encuentra en terrenos muy abruptos, de pronunciadas pendientes, en muchas ocasiones abancalados; en otras, el terreno aparece cubierto de una capa de lapilli (picón) que lo protege de la intensa evaporación y absorbe la humedad ambiente nocturna.
En esta Denominación de Origen predominan las variedades blancas Listán Blanca y Vijariego. Las tintas son minoritarias, destacando Listán Negro (Negramuelle) y Mulata (Negramoll). Se elaboran vinos blancos con cuerpo y personalidad, rosados de fresco afrutado y consistencia, y tintos de intensa coloración, robustos, de potencia y calidez en la boca.
Históricamente ha quedado sugerido que las primeras vides fueron introducidas en el Ampurdan en el siglo V a.C. por los fenicios. Habiendo tomado su nombre de la colonia griega Ampurias. Posteriormente, los romanos y monjes benedictinos continuaron su cultivo.
Esta comarca se encuentra situada en la provincia de Gerona (Cataluña). Actualmente, la D.O. Empordá incluye la zona vinícola desde la Albera hasta la sierra de Rodas y la Garrotxa de Ampurdán; y se divide en 2 comarcas administrativas: Alto Ampurdan (35 municipios) y Bajo (13 municipios).
El clima es mediterráneo quedando este condicionado por la Tramontana, un viento del nordeste o norte, que puede durar varios días, con rachas de hasta 180 Km./h. La temperatura máxima en verano es de 29 C, y la mínima en invierno esta alrededor del 1,5 C. La pluviometría anual media es de 600 mm. y la insolación anual media de 2400 h.
En cuanto al suelo, es pobre, suelos pardos con pequeño contenido calizo y bajo contenido en materia orgánica. Quedando atravesada la zona por los ríos Muga, Llobregat y Manol.
La superficie plantada ocupa en torno a las 2000 Ha, en las que los viñedos se sitúan en una altitud media de hasta 200 m.
El vino de calidad producido en el pago vitícola "Finca Élez". Este está integrado por varias parcelas de viñedo ubicadas en el término municipal de El Bonillo (con una superficie de 38,89 Ha), de la provincia de Albacete.
Las variedades cultivadas en esas parcelas son blancas y tintas y se destinan a la elaboración de vinos blancos monovarietales y tintos monovarietales o resultantes de mezclas, en porcentajes determinados, de las variedades autorizadas.
Hay blancos de Chardonnay, normales y de vendimia tardía, que se obtienen con fermentación en barrica de una parte del vino mientras el resto fermenta en depósitos de acero inoxidable, mientras que todos los tintos son envejecidos en barrica de roble de 500 l. (mención "barrica") o 330 l. de capacidad, durante un tiempo que varía entre 2 y 24 meses.
La Denominación de Origen Gran Canaria, se extiende por la isla abarcando la totalidad de la superficie insular. Los viñedos están sobre suelos volcánicos muy fértiles. Debido a su formación en diferentes periodos geológicos, existe una gran variedad de suelos y en diversos estados de evolución, de ahí que halla terrenos porosos de ceniza volcánica y terrenos arcillosos poco permeables y de alta fertilidad. Las parcelas de cultivo van desde los 50 a los 1.300 metros de altitud. Las condiciones climáticas de la isla son favorables para el cultivo de la vid, su relieve da lugar a diferentes climas y microclimas por lo que es imposible hablar de un único clima para toda ella, aunque por su situación atlántica, la altura que alcanza y su latitud disfruta de un clima mediterráneo suave, favorecido por los vientos alisios.
En esta Denominación se encuentra incluida, pero diferenciada la comarca del Monte Lentiscal, ubicada entre el Monumento Natural de Bandama y el Paisaje Protegido de Tafira, territorio protegido por la Ley de Espacios Naturales de Canarias dentro de los términos municipales de Las Palmas de Gran Canaria, Telde y Santa Brígida.
En los cultivos de nuestra isla predomina el parral bajo y el vaso, métodos tradicionales, utilizados desde antaño hasta nuestros días, extendiéndose cada vez más la espaldera, ya que permite una mayor mecanización del cultivo y a su vez un ahorro de tiempo y mano de obra.
Granada cultiva 5.500 hectáreas de terreno de viñedos que producen entre 30 y 40 millones de kilos de uva al año. Los territorios adscritos a la Denominación de Origen Protegida Vino de Calidad de Granada comprenden los 168 municipios de la provincia de Granada en su totalidad, coincidiendo con la demarcación provincial, siendo su extensión total de 12.635 km2.
Con influencia mediterránea y atlántica al tiempo. La temperatura y las corrientes frescas del aire de Sierra Nevada producen un efecto beneficioso que predispone las uvas para un mayor desarrollo de polifenoles que confieren al vino el color, la suavidad, la estructura tánica.
En cuanto a la plantación, la formación y/o conducción de las cepas es por lo general de doble cordón en espaldera ya que permite de mejor manera su mecanización, aunque también se encuentran conducciones en vaso. Tanto en variedades tintas como en blancas la densidad media de plantación es de entre 3.000 y 3.300 cepas por hectárea no llegando a superar en ningún caso los 7.000 kg de producción.
Actualmente 20 son las bodegas y cerca de 100 los viticultores adscritos al Órgano Gestor. El serctor granadino, más unido que nunca, está realizando un gran esfuerzo para conseguir el reconocimiento y posicionamiento de la Denominación de Origen Protegida.
Está situada en el término municipal de El Bonillo, en la provincia de Albacete, lindando con la de Ciudad Real. Una de sus principales características es la altitud, de unos 1.000 metros sobre el nivel del mar, lo que influye significativamente en el viñedo.
Su denominación, El Guijoso, la debe a los cantos rodados redondeados y suavizados por el paso de corrientes de agua, también llamados guijarros y en la zona llamados guijos, que conforman su superficie. Este tipo de suelo es uno de los mejores para producir viñas de calidad.
El tamaño de la finca es de cerca de 3.000 hectáreas y las principales actividades que en ella se desarrollan son la agricultura, viticultura, bodega, caza, turismo y producción de energías renovabales.
La Finca cuenta con construcciones singulares, tanto a nivel de "casa principal" como para el desarrollo de las actividades que se desarrollan, en especial el "turismo rural".
El Río Guadiana nace en la finca El Guijoso, ya que allí nace el Río Pinilla que vierte sus aguas a la Laguna Blanca, la primera de Las Lagunas de Ruidera, consideradas oficialmente el nacimiento del Guadiana. El Pinilla confiere unas propiedades climatológicas a la finca que la hacen ideal para el cultivo de la vid.
Jerez de la Frontera es la capital vinícola de esta región. Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María son otras dos poblaciones de importante raigambre vinícola. Entre estas ciudades, se extiende el cuidado viñedo sobre terrenos de caliza blanca, las célebres albarizas, tierras esponjosas, con excelente capacidad de retención de agua e inmejorables condiciones físicas para el desarrollo del viñedo de calidad.
Las variedades autorizadas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen son todas blancas, la Palomino de Jerez, Palomino Fino, Pedro Ximénez y Moscatel.
Sin embargo, el Vino de Jerez conforma una amplísima paleta de colores, aromas, sensaciones y posibilidades. Su especialísimo proceso de elaboración y crianza, el clima de la zona, y su larga historia, hacen que el nombre de Jerez o el de "Sherry" (en el mundo anglosajón), sea seña común de identidad para vinos de muy diversos estilos.
La DO ampara Vinos Generosos, Vinos Generosos de Licor y Vino Dulce Natural. Los primeros pueden ser Finos, Amontillados, Olorosos y Palo Cortado, de menor a mayor graduación. Los Generosos de Licor se distinguen, a su vez, en Dry, Medium, Pale Cream y Cream. Se trata de vinos generosos, originalmente secos, que se mezclan en ocasiones con vinos dulces para dar lugar a otros vinos ligeramente dulces.
Los Vinos Dulces Naturales se elaboran con uvas de las variedades Moscatel y Pedro Ximénez, que sufren un proceso de sobremaduración o "soleo". La concentración del contenido en glucosa de la uva da lugar a un mosto extraordinariamente denso y dulce, que se somete a fermentación parcial. Se obtiene así un vino, que se envejece posteriormente mediante crianza oxidativa en las criaderas y soleras.
Las especiales condiciones microclimáticas de las bodegas situadas en Sanlúcar de Barrameda han dado lugar a una Denominación de Origen en sí misma: la Denominación Manzanilla - Sanlúcar de Barrameda.
Situada en el altiplano levantino, comarca de transición entre la llanura manchega y las tierras mediterráneas, el viñedo de la Denominación de Origen Jumilla se extiende por el municipio de Jumilla, en Murcia, y seis municipios del sureste de Albacete: Ontur, Tobarra, Albatana, Hellín, Montealegre y Fuente Alamo.
Su clima es seco y duro, continental, pero influido por el relativamente próximo Mediterráneo.
La principal variedad de la zona es la tinta Monastrell que constituye más del 80% del viñedo. Se trata de una variedad noble, austera, resistente y sufrida, de pequeños racimos, con uvas también pequeñas, de oscura coloración y gran riqueza en azúcares y en otros componentes nobles del extracto. El Jumilla-Monastrell, tinto o rosado, debe elaborarse al menos con el 85% de esta variedad.
Algunos tintos jóvenes se elaboran por maceración carbónica, o con moderadas crianzas; son frecuentes los monovarietales de Monastrell o con participación de Cencibel o Cabernet Sauvignon.
También se elaboran tintos doble pasta, afrutados rosados, y blancos. Existe asimismo una antigua tradición de elaboración de vinos rancios de Monastrell, secos o dulces, de muy prolongada crianza y muy finos.
La Gomera, al igual que el resto de las Canarias, es una isla volcánica. Se encuentra en el Océano Atlántico frente a las costas del norte de África. El clima de La Gomera no difiere en gran medida de las condiciones meteorológicas de las islas occidentales. Este es de tipo oceánico tropical y afectado por el régimen de vientos alisios. Las zonas altas de la isla reciben más lluvias que las zonas costeras, lo mismo que ocurre en la zona norte con respecto a la zona sur. Las temperaturas se mantienen estables durante todo el año registrándose las más altas durante el verano.
El fenómeno de la lluvia horizontal tiene mucha importancia en el Parque Nacional de Garajonay, donde se deposita el agua contenida en las brumas creando un tupido bosque de Laurisilva.
Los viñedos de la Gomera ocupan algo más de 800 hectáreas, distribuidas entre casi 5000 parcelas, en zonas de pronunciadas pendientes. Las zonas más fértiles son Vallehermoso, Agulo, Hermigua o Montoro, de gran belleza paisajística. Habitualmente, la viña se conduce mediante parrales fijos, artesonado con horquetas del monte. En las tierras más pobres se recurre al sistema de rastrera y a las podas más cortas.
La zona de producción de la Denominación de Origen La Mancha se extiende por las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Constituye la mayor agrupación vitícola del planeta.
De siempre, esta zona de producción es una de las más destacadas de nuestra geografía en cuanto a volumen de vino elaborado. En la actualidad concentra todos sus esfuerzos en mejorar la calidad de sus vinos, alcanzando logros espectaculares.
La mayor extensión de cultivo se dedica a la variedad blanca Airén; sus cepas se podan muy cortas, creciendo rastreros sus sarmientos para retener al máximo la humedad del suelo. Entre las cepas tintas, la principal es la Cencibel (Tempranillo), de gran calidad. En los últimos años se ha introducido con fuerza o ampliado, el cultivo de otras variedades como la Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Moravia, Chardonnay, Macabeo, Garnacha, Merlot o Syrah, con muy buenos resultados.
Blancos, tintos, rosados y espumosos, los vinos con Denominación de Origen La Mancha son hoy sorprendentes por su sabor, por su calidad, por su aroma, y sorprendentes por la forma en que se adaptan, dada su variedad, a la restauración más exigente.
La isla de la Palma se estructura en torno al más vasto cráter volcánico existente: La Caldera de Taburiente, cuyos aserrados bordes se alzan hasta casi los 2.500 m. A partir de allí, el territorio se precipita en vertiginosas laderas surcadas por innumerables barrancos y algunas zonas suaves salpicadas de pequeños volcanes en la parte sur.
De inequívoca naturaleza volcánica, sus suelos son profundos y fértiles, ricos en minerales. El clima, muy benigno, de permanente confort térmico, participa de los beneficios de su condición atlántica y de los húmedos vientos alisios.
La Denominación de Origen La Palma comprende tres subzonas:
Fuencaliente-Las Manchas: ocupa la parte sur y suroccidental. Es una zona de intenso y reciente vulcanismo donde podemos encontrar viñas en inmediata vecindad con las aún calientes coladas lávicas. El original viñedo se cultiva en terrenos cubiertos (acolchados) con capas de cenizas volcánicas (picón), o en menor medida, con gruesas piedras. Es la zona de la mítica Malvasía, cepa que proporcionó gran fama a los vinos canarios y hoy, felizmente recuperada del abandono sufrido.
Hoyo del Mazo-Las Breñas: en el borde oriental de la isla. Las cepas tintas (Negramoll y Listán Negro) se cultivan en terrenos empedrados, adoptando formas rastreras de largos y sinuosos recorridos.
Zona Norte-Vinos de Tea: en el arco norte de la isla; en diminutas parcelas ocultas entre árboles, se producen uvas que dan lugar a vinos muy singulares, elaborados y conservados en envases de pino de Tea (pino canario), madera de la que adquieren unos caracteres organolépticos particulares. Son vinos elaborados con uvas Negramol y Albillo, lo que unido al envejecimiento en barricas de Tea, les confiere un intenso aroma y sabor típico de resina.
Además de los vinos de Tea, la Denominación de Origen La Palma elabora vinos blancos, rosados, tintos, el Malvasía Clásico, el Malvasía Sec...
La Denominación de Origen Lanzarote se extiende por toda la volcánica isla canaria del mismo nombre. La escasez de lluvia y la necesidad de proteger al viñedo del abrasador viento sahariano, ha dado lugar a una de las viticulturas más originales que podamos encontrar. Por ello, es necesario excavar grandes hoyos en forma de cono invertido, para que la cepa pueda hundir sus raíces, lo que conlleva penosas y costosas labores de cultivo, obligatoriamente manuales.
El picón, de una gran higroscopicidad, absorbe la humedad nocturna de la atmósfera traspasándola al terreno, además de impedir la evaporación de tan preciado elemento durante el día. Para aumentar el efecto protector contra los abrasadores vientos, se rodean las cepas y a veces los hoyos, con muretes de piedra volcánica en forma de semicircunferencia de unos 70 cm de altura, lo que origina un singular paisaje.
El aspecto lunar de las plantaciones contrasta con la brillante tonalidad de unos vinos elaborados, en sus tres cuartas partes, con la variedad Malvasía, que le da un punto sugerente a unos vinos sólidos y con carácter, que proyectan el recio sabor tropical de la tierra canaria.
La zona de producción de este vino abarca los términos municipales de Lebrija y El Cuervo de la provincia de Sevilla. Esta zona se extiende por las Marismas del río Guadalquivir en el suroeste de la provincia sevillana. Están cercanos al marco de Jerez, por ello podemos encontrarnos suelos de la conocida tierra "Albariza", lugar idóneo para el cultivo de la vid. Por su altitud no superan lo 8 metros sobre el nivel del mar y su cercanía al mismo, hacen que su clima mediterráneo se vea influenciado por las suaves brisas y vientos marinos.
Su viñedo más característico esta formado por las variedades Palomino, Moscatel, y Perruno. Aunque se elaboran vinos blancos jóvenes, la producción principal va dirigida a los vinos generosos, al estilo de los finos y manzanillas, olorosos y dulces. Algunos de ellos tienen un reconocido prestigio y han obtenido diversos premios y galardones.
En el Vino de Calidad de Lebrija, la modernidad y la tradición se unen en el proceso de elaboración de sus grandes vinos, acero y maderas de robles se conjugan para dar la máxima expresión de calidad a sus caldos.
Esta Denominación de Origen ampara vinos elaborados con uvas recogidas en municipios de la provincia de Málaga. El viñedo se desarrolla entre una gran diversidad de climas. Al norte, el clima es continental, con inviernos y veranos cortos, y con lluvias que no superan los 500 litros por metro cuadrado, mientras que en las laderas de las colinas que se asoman al mar encontramos un clima suave.
La variedad que predomina en esta zona es la Pero Ximén (Pedro Ximénez), pero no podemos olvidar la bien merecida fama que ha cosechado el Moscatel. Esta, abastece el mercado de uvas de mesa y pasas, pero también se utiliza para elaborar los famosos Málaga Dulce, vinos de postre, de color amarillo y ámbar oscuro.
Otras elaboraciones importantes de Málaga son el Lágrima, de gran finura y suavidad, y el Pedro Ximénez, también dulce, que presenta un color caoba con reflejos rojizos.
La DO Manchuela comprende un amplio territorio de 44 municipios del sureste de la provincia de Cuenca y 26 municipios del noreste de la provincia de Albacete. Enmarcada entre los valles de los ríos Júcar y Cabriel, la Manchuela se ve favorecida por unas condiciones edafoclimáticas muy particulares. Los suelos arcillosos con base calcárea de los sedimentos de ambos ríos recogen y mantienen el agua de lluvia que cae cuando aún no ha crecido la uva. La escasa humedad, la ausencia casi total de lluvias entre los meses de mayo y septiembre, y la gran cantidad de horas de sol recibidas durante su maduración hacen que el riesgo de enfermedades sea ínfimo, y por lo tanto su calidad no se ve afectada por tratamientos fitosanitarios.
Los viñedos, cultivados en una superficie aproximada de 72.000 hectáreas se ubican a una altitud de entre 600 y 700 metros sobre el nivel del mar en un clima continental, influidos por los vientos húmedos del Levante.
Todo ello, unido al tradicional sistema de cultivo en “vaso” con una moderada producción, garantiza la extraordinaria calidad de sus vinos.
Aunque se trata de una zona, fundamentalmente, de vinos tintos, también se elaboran vinos blancos, afrutados y aromáticos. En cuanto a los tintos, éstos pueden ser jóvenes, elaborados a partir de Cencibel o Bobal, de intenso color, aroma frutal y taninos apreciables; o de crianza, de Cencibel, Bobal y Cabernet Sauvignon con atractivo color rojo rubí, complejo aroma, amplios y carnosos con taninos bien conjuntados en la boca. Hay que mencionar también a los rosados, elaborados con las variedades Bobal y Cencibel, de color rosa brillante, intenso aroma frutal y ligera acidez.
Esta zona de producción está localizada al Norte de la provincia de Toledo, en un terreno de marcado carácter arenoso en la superficie. El clima es continental extremado, con inviernos y veranos muy duros, y con unas lluvias irregulares y escasas.
En estas condiciones domina la variedad tinta Garnacha, que ocupa más del 80% del viñedo. El resto lo reparten otras cepas tintas, como la Cencíbel y la Tinta de Madrid (Tinto Basto).
Los vinos tintos de Méntrida son de notable graduación alcohólica, ricos en tanino y materias colorantes, muy frutosos y sabrosos. Se elaboran también rosados, de aroma afrutado, agradable color y excelente paladar.
Esta comarca tiene su principal exponente en el municipio de Mondéjar. Está situada en el suroeste de la provincia de Guadalajara y pertenece a la depresión del Tajo en su tramo oriental. Este río, en parte convertido en un enorme embalse (se le conoce como mar de Castilla), y el Tajuña son los cauces que discurren por la zona.
El paisaje es ondulado de pendientes suaves, y los suelos, de color rojizo, son profundos, de texturas medias, reacción básica, pobres en materia orgánica y nitrógeno, y ricos en caliza activa y en potasio.
Esta Denominación de Origen elabora vinos blancos, rosados y tintos de poca graduación, principalmente con las variedades Malvar (blanca) y Cencibel o Tempranillo (tinta).
Por sus características físicas, esta comarca responde de forma ejemplar a la idea de una denominación de origen, bien definida y de personalidad acusada. Se encuentra situada en el centro de la zona meridional de la provincia de Orense, en el valle del río Támega. El amplio fondo del valle presenta una topografía muy llana donde tiene acomodo gran parte del viñedo de la comarca. El resto, sensiblemente inferior en superficie, se encarama por las laderas de los montes circundantes.
Los suelos profundos y fértiles, formados por sedimentos no muy antiguos de materiales silíceos procedentes de las zonas más elevadas, junto con el clima, de marcados rasgos mediterráneos, inusualmente seco en Galicia, y de cálidos veranos, constituyen un medio muy adecuado para que la viña prospere y ofrezca productos de alta calidad.
El viñedo está constituido por las variedades autóctonas, blancas: Dona Blanca (Valenciana o Moza Fresca), Godello (Verdello), y Treixadura (Verdello Louro; y tintas: Mencía y Merenzao (María Ardoña o Bastardo), todas ellas cultivadas fundamentalmente en vaso, a la castellana. El resultado son unos vinos blancos y tintos frescos, alegres y de afrutado aroma.
La Denominación de Origen Montilla-Moriles extiende sus dominios por todo el Sur de la provincia de Córdoba, y es tal la fama de la calidad de sus vinos desde la antigüedad que ni los árabes se atrevieron a descepar la comarca hasta ciento diez años después de la invasión.
Los vinos más significativos de esta Denominación de Origen son los llamados Vinos Generosos, de alta graduación: Finos, Amontillados, Olorosos, los Palo Cortado, Raya, los Pedro Ximénez y los Moscatel.
Los Finos son de color pálido, secos y ligeramente amargos, con cierto aroma almendrado.
Los Amontillados, secos y de intenso aroma avellanado, color ámbar u oro viejo.
Los Olorosos, vinos de mucho cuerpo, aterciopelado, aromático, seco o levemente abocado, de color similar al de la caoba.
Los Palo Cortado, semejantes a los Amontillados en su aroma, y a los Olorosos en sabor y color.
Los Raya, parecidos a los olorosos, pero con menos paladar y aroma.
Los Pedro Ximénez, vinos dulces naturales obtenidos a partir de uva soleada de esa variedad, de color rubí, muy ricos en azúcares.
Los Moscatel, vinos dulces naturales obtenidos a partir de mostos, ricos en azúcar, de dicha variedad.
Asimismo se elaboran vinos blancos jóvenes, pálidos y afrutados; y blancos con envejecimiento.
Esta Denominación de Origen es, desde su reconocimiento oficial en 2002, la heredera de la subzona "Falset" de la Denominación de Origen Tarragona, con cuyo ámbito geográfico viene a coincidir substancialmente.
La zona de producción ocupa parte del sector central de la provincia de Tarragona, envolviendo casi completamente la zona de producción de la Denominación de Origen Priorato. Se trata de un territorio montañoso, dominado y protegido de los vientos continentales por la sierra que da nombre a la Denominación de Origen, perteneciente a las Cordillera Prelitoral Catalana. El clima es algo riguroso en cuanto a frío, de aceptable pluviometría y con elevada luminosidad.
Sus vinos más característicos son los tintos, de elevado color y amplia carnosidad, elaborados a partir de las castizas variedades Garnacha y Mazuela, con eventuales complementos de Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Merlot y Syrah.
También hay que destacar los interesantes vinos de licor (mistelas), rancios y dulces naturales de la zona.
Ribera Baja, Ribera Alta, Valdizarbe, Baja Montaña y Tierra Estella son las cinco comarcas que integran, como subzonas, la Denominación de Origen Navarra.
Por su ubicación, clima, características agrogeológicas y tradición, Navarra constituye una de las grandes zonas españolas productoras de vinos de calidad y, concretamente, la fama de sus rosados es legendaria, aunque hoy también se elaboran buenos vinos blancos, tintos y Moscatel.
El viñedo recibe influencias cantábricas y mediterráneas. Al norte, los inviernos son fríos y húmedos y los veranos suaves, mientras que al sur el clima es suave, seco y de una gran luminosidad. Sus esmeradamente cultivados viñedos se asientan en terrenos calizos y profundos, de excelente calidad para la producción vitivinícola.
Los vinos más característicos de la DO Navarra son los rosados, jóvenes de intenso y fresco aroma afrutado, suaves y excelente paso de boca. Se obtienen a partir de mostos de uvas tintas, exclusivamente, obtenidos por sangrado sin intervención de ningún medio mecánico, macerados con los hollejos hasta alcanzar la intensidad colorante adecuada, y fermentados sin presencia de éstos.
Existe también una importante tradición de vinos tintos en la zona que han alcanzado elevados niveles de calidad y personalidad. Se trata de vinos elaborados exclusivamente con uva tinta, de bello color y gran constitución, generalmente criados en roble y botella. Se completa la gama de producción con vinos de licor Moscatel, también de gran tradición.
Por otra parte, destacar la nueva generación de moscateles elaborados igual que un vino blanco, con la variedad de uva sobremadurada "Moscatel de Grano Menudo". Se trata de vinos a los que se les corta la fermentación en el tramo final para dejar algo de azúcares propios que lo convertirán en un delicado vino blanco dulce. La gran aceptación de este "vino dulce de moscatel" está provocando el aumento de cepas d...
En el término municipal de Malagón en Ciudad Real encontramos el pago vitícola "Pago Florentino" con una extensión de 58,1 Ha.
Sus vinos se producen con uvas de procedencia garantizada de la finca calificada de Pago.
Presentando estos caldos, rasgos y cualidades singulares, como consecuencia de las características de sus suelos y del microclima propio de la zona. Los terrenos están constituidos por piedras granítico - arcillosas con alta carga mineral.
El clima es mediterráneo continental seco con indicios de aridez. Una de las características es la irregularidad de sus precipitaciones, son sequías prolongadas así como amplios contrastes térmicos.
La pluviometría anual media es de 32,67 mm. La temperatura media anual es de 18 C, con elevadas temperaturas estivales, acompañadas de prolongadas sequías, y bajas temperaturas en invierno, acompañadas de heladas.
A lo largo del año se observa una abundante insolación.
El resultado son vinos frutales, expresivos y maduros, fiel expresión del terreno, de sus variedades y de un clima único.
La comarca del Penedés extiende sus viñedos entre Barcelona y Tarragona. El clima de influencia mediterránea, es muy variado y confiere a la zona condiciones privilegiadas, que le permiten producir una amplia gama de vinos de gran finura y calidad.
Predominan en esta Denominación las explotaciones pequeñas y medianas, y destaca aún otra característica identificativa del Penedès, la mayor parte de bodegas elaboran los vinos a partir de sus propias viñas, siendo responsables del producto desde el principio hasta el final. Este cuidado y seguimiento personalizado se nota en el resultado final, obteniendo vinos trabajados, con estilo propio.
La Denominación de Origen Penedés elabora ligeros vinos blancos, frescos, afrutados y aromáticos, de graduación moderada. Los tintos, por su parte, son suaves y aterciopelados, complejos y elegantes y de carácter apreciable.
Situada en la provincia de Barcelona, la zona de producción de la Denominación de Origen Pla de Bages corresponde a una gran cuenca en el sector oriental de la Depresión Catalana.
La tradición vitícola de la zona es muy antigua, es posible que su actual nombre derive etimológicamente de Baccus, por la cantidad y fertilidad de las viñas de este sitio que existieron en tiempos pasados.
La personalidad de los vinos del Bages está condicionada por el rigor del clima, su escasa pluviometría y sus suelos ondulados. Todo esto determina rendimientos de uva cortos pero de una calidad excepcional.
La plantación de nuevas variedades de cepas reconocidas mundialmente combinadas con las variedades tradicionales de la región, que mantienen su presencia y marcan la continuidad y la tradición, dan como resultado unos vinos de una singular personalidad.
Las variedades más cultivadas son Tempranillo/ Ull de Llebre, Cabernet Sauvignon, Merlot y Sumoll para los vinos tintos y rosados, y Macabeo, Chardonnay y Picapoll para los blancos, siendo esta última una variedad autóctona de la comarca que proporciona vinos afrutados con buen aroma, espléndida textura y personalidad.
En menor extensión tambien se cultivan Pinot Noir, Garnacha, Malbec, Sauvignon y Syrah.
Dieciocho municipios constituyen la zona de producción de esta Denominación de Origen que, como su nombre indica, ocupan la parte central y oriental de la isla de Mallorca, un territorio llano, de escasa elevación y suelos calizos. La comarca posee un clima mediterráneo típico, de inviernos moderadamente fríos y veranos largos y secos.
Las variedades autorizadas son las blancas Moscatel, Prensal Blanc (Moll), Macabeu, Parellada y Chardonnay, y las tintas Callet, Fogoneu, Manto Negro, Merlot, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Monastrell y Merlot, que producen unos vinos de marcada exprexión propia.
A pesar de ser una zona de gran tradición vitivinícola, la Denominación de Origen aún tiene corta andadura. Hoy se producen vinos blancos, rosados, tintos, vinos de licor, vinos de aguja y espumosos.
Los vinos blancos son elaborados mayoritariamente con la variedad Prensal Blanc que da unos caldos de aromas intensos. Los rosados son de color frambuesa y notas cítricas. Los Tintos de variedades francesas son muy sabrosos, mientras los elaborados con variedades autóctonas son redondos y de interesante buqué.
Priorato es artesanía y tradición, viejas y robustas vides que crecen y nacen muy en el interior de la provincia de Tarragona, y se cultivan sobre laderas escarpadas y bancales pizarrosos de escasa fertilidad y muy difícil cultivo. Esta zona disfruta de un clima templado y seco, mucho más fresco que en el litoral tarraconense.
De las variedades Mazuela y Garnacha, sabiamente mezcladas, nacen esos tintos de color granate, robustos, de sabor denso y rico y aroma muy intenso.
Junto a estos vinos y a los blancos, la tradición ha hecho perdurar aquellos otros vinos rancios, envejecidos lentamente en toneles, cargados de personalidad y ricos en sensaciones.
Cinco comarcas vitivinícolas gallegas integran la zona de producción de la Denominación de Origen Rías Baixas: El Valle del Salnés, en la margen izquierda de la ría de Arosa; Soutomaior, prolongación natural de la primera; el Condado de Tea, a lo largo de la ribera derecha del Miño; El Rosal en la cuenca más baja del Miño (Baixo Miño); y la Ribera del Ulla. Cada una tiene sus propias singularidades pero aglutinadas por importantes factores comunes como variedades y similitud de suelos y de clima.
En las cinco subzonas el relieve es suavemente ondulado con elevaciones que envuelven abiertos y soleados valles. El clima, de clara influencia atlántica se caracteriza por su suavidad termométrica en todas las estaciones y una cierta generosidad pluviométrica sin excesos.
Entre las delicadas variedades blancas que se cultivan en la Denominación de Origen Rías Baixas hay que destacar la Albariño, cuyo vino puede sin duda catalogarse entre los mejores del mundo. De color amarillo paja con irisaciones doradas, potentísimo aroma elegantemente afrutado con matices a veces florales, envolvente y sensual. En boca se ofrece amplio, carnoso y jugoso, pleno de sensaciones, muy persistente y con una amplia, elegante, potente y frutosa vía retronasal.
Los vinos de tipo "Rosal" y "Condado do Tea" están personalizados por llevar en su composición las variedades Loureira y Treixadura, respectivamente. Son vinos de intensos aromas y ligera acidez, plenos en la boca, agradables y atractivos.
Los vinos tintos, con escasísima representación actualmente, muestran una interesante potencialidad como vinos jóvenes.
En el sur de la provincia de Lugo y norte de la de Orense, en la Galicia interior, acompañando al río Sil hasta su unión con el Miño en los Peares y, desde aquí, remontando el curso de este río hasta cerca de Portomarín, una serie de pequeñas comarcas vitivinícolas se suceden constituyendo la Denominación de Origen Ribeira Sacra.
Siguiendo este itinerario fluvial, nos encontramos con las subzonas de: Quiroga, Amandi, Chantada y Ribera del Miño, en Lugo, y Ribera del Sil en Orense.
El viñedo, excepto en la subzona de Quiroga en que el valle es más abierto, ocupa las abruptas laderas (ribeiras) de los encajados ríos, donde se cultiva en bancales de reducidas dimensiones, muchas veces inverosímiles, originando una viticultura que alguien ha calificado, acertadamente, como heroica.
Predominan las variedades tintas, entre las que destaca la excelente Mencía, auténtica piedra angular de la viticultura de la Ribeira Sacra; mucho menos extendidas aparecen la Brancellao y la Merenzao. Las blancas, minoritarias, se encuentran representadas por las excelentes Godello, Treixadura, Torrontés, Loureira y Albariño, entre otras.
Los más celebrados vinos de la zona son, por tanto, los tintos de Mencía, jóvenes de color púrpura o granate, de intenso y personal perfume en el que se pueden apreciar aromas de mora y frambuesa. Bien constituidos pero elegantes y ligeros en boca, con acidez y taninos ajustados, frescos y alegres. En blancos aparecen interesantes producciones monovarietales de Albariño, Godello y Treixadura, de intenso y frutal aroma, frescos y sabrosos.
En el Occidente orensano, en las riberas de los ríos Avia, Miño y Arnoya, bajo un clima con influencia atlántica, de temperaturas suaves y notable pluviometría, encontramos la Denominación de Origen Ribeiro. La capital vinícola e histórica de esta comarca es Ribadavia, antigua ciudad rodeada por más de 3.000 hectáreas de viñedo situado en los valles de los ríos citados y en sus laderas mejor soleadas. Las cepas se elevan para que los frutos no estén en contacto con el suelo facilitando así su sanidad y maduración.
Las variedades de cepas más características de esta Denominación de Origen son: Treixadura, Loureira y Torrentés entre las blancas, y Caiño y Brancellao entre las tintas. También se cultivan otras cepas no autóctonas como Palomino y Garnacha Tintorera.
Los vinos blancos de la Denominación de Origen Ribeiro son elegantes, frescos, ligeros, muy aromáticos y de alegre acidez, con una graduación media de alrededor de 10º. Su color es pajizo pálido.
Los tintos son vinos de mucha capa, de un color rojo morado muy vivo y notable acidez fija.
La Denominación de Origen Ribera del Duero incluye varios términos municipales de las provincias de Burgos, Soria, Segovia y Valladolid. Esta es una amplia zona de producción en la que los principales municipios vitivinícolas son los de Pedrosa del Duero, La Aguiera, Gumiel de Hizán, Aranda de Duero, La Horra, Roa, Peñafiel y Valbuena del Duero. El clima es un riguroso continental, muy seco y ventoso; los inviernos son muy duros, con frecuentes heladas y escasas nevadas.
En los viñedos de la Denominación de Origen Ribera del Duero domina una variedad que supera con mucho a todas las demás: la Tinto del País, excelente y muy similar a la Tempranillo.
El vino tinto se obtiene con éxito en esta zona y es uno de los más prestigiosos de nuestro país. Es un vino aromático, muy afrutado y de color rojo muy vivo en su juventud y más suave, aterciopoelado y con gran riqueza en elegantes sensaciones olfativas y sápidas que se ponen de manifiesto a lo largo de su evolución.
Típicos también de Ribera del Duero son los rosados, frescos y de fácil tomar. Su color es muy atractivo y con una graduación alcohólica moderada.
La Denominación no ampara vinos blancos.
La Denominación de Origen Ribera del Guadiana se extiende por buena parte de la provincia de Badajoz y por el sureste de la de Cáceres, en la Comunidad Autónoma de Extremadura. La superficie de viñedo se estructura en seis subzonas vitivinícolas, cada una de las cuales es poseedora de un carácter especial y detentadora de una particular y antigua tradición en la producción de vino. Dichas subzonas son: Cañamero y Montánchez, en la provincia de Cáceres, y Ribera Alta, Ribera Baja, Tierra de Barros y Matanegra, en Badajoz.
En un territorio como el que ocupa la zona de producción de esta Denominación de Origen es fácil encontrar matices diferentes en las condiciones ecológicas y vitícolas, sin embargo, existen elementos comunes de todo tipo, como el clima, cálido en verano y suave en invierno, el origen geológico de sus suelos o las tradiciones culturales que dan lugar a rasgos de uniformidad, dentro de una enriquecedora diversidad, a sus producciones vínicas.
Esta Denominación comprende vinos blancos, algunos de ellos de muy moderna concepción, como los fermentados en barrica; atractivos rosados y tintos, tanto jóvenes como de crianza en barrica de roble. En todos los casos se trata de vinos amplios, suaves, agradablemente cálidos y de moderada acidez; poseedores de aromas muy particulares, lo que les aporta un atractivo sello distintivo.
Las variedades más extendidas por toda la Denominación son la Cayetana Blanca, Chelva o Montua, Viura o Macabeo, Pardina, Borba y Alarije, en blancas, y Garnacha Tinta y Tempranillo, en tintas.
La Denominación de Origen Ribera del Júcar está integrada por viñedos ubicados en los municipios de: Casas de Benítez, Casas de Fernando Alonso, Casas de Guijarro, Casas de Haro, El Picazo, Pozoamargo y Sisante, todos de la provincia de Cuenca.
Las variedades de vid que se incluyen en la Denominación son todas tintas: Cencibel o Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Bobal. Además, la edad media del viñedo asegura una buena relación entre la producción y la calidad de la uva. Con estas variedades de uva se elaboran tres tipos de caldos: vino joven, vino tradición (4 meses de envejecimiento en barrica de roble francés o americano seguido de un tiempo variable de afinado en botella) y vino de crianza (24 meses de envejecimiento, de los cuales 6 meses deben ser en barrica).
Los profundos terrenos arcilloso-calcáreos, cubiertos de cantos rodados, se asientan sobre una altiplanicie mesetaria con una altitud media que ronda los 750 metros. Esta incomparable situación y el especial microclima de la Ribera del Júcar aseguran unas condiciones excelentes para el cultivo de la vid.
Se trata de vinos poco astringentes, elegantes, brillantes, suaves y a la vez profundos, con un perfecto equilibrio de acidez y tanicidad y con ese color púrpura tan característicos de la Ribera del Júcar.
Los factores naturales, clima, sobre todo, y suelo, han determinado la división de la Denominación de Origen Rioja en tres subzonas:
Rioja Alta: Con un clima continental moderado, de influencia cantábrica, el viñedo se extiende sobre terrenos arcillosos calcáreos de topografía suave. Destaca la cepa Tempranillo, que proporciona vinos tintos equilibrados, de atractivo color rubí, elegante aroma, estables, especialmente indicados para crianza.
Rioja Baja: El clima y la fértil naturaleza del terreno proporcionan muy buenas cosechas, con unas uvas perfectamente maduras. El clima más seco, de influencia mediterránea, y el suelo arcilloso ferroso favorecen los tintos de Garnacha, vinos francos, aromáticos y poco ácidos.
Rioja Alavesa: Tierras accidentadas, calcáreas, muy adecuadas para el cultivo de la vid; los veranos son cortos y los inviernos templados, con alguna helada pero pocas nieves. El viñedo se orienta al sur, protegido por la Sierra de Cantabria. Esta subzona elabora vinos tintos con la Tempranillo que tanto jóvenes (de cosechero) como sometidos a crianza alcanzan elevados niveles de calidad.
Sobre la base Tempranillo, con pequeñas y sabiamente estudiadas proporciones de Garnacha, Mazuelo y Graciano se elaboran los grandes vinos de Crianza, Reserva y Gran Reserva de la Rioja, vinos equiparables en su calidad a los más afamados del mundo.
Pero tampoco debemos olvidar los blancos jóvenes y de crianza, de calidad notable, y los vinos rosados.
La Denominación de Origen Rueda se encuentra situada al sur de la provincia de Valladolid, una zona caracterizada por inviernos muy duros, secos y de elevada insolación. Sin embargo, la Denominación extiende sus viñedos en los característicos terrenos pedregosos o cascajosos que permiten la perfecta maduración de la uva. Ello unido a su singularidad climática, ofrecen una situación límite para el cultivo de la vid, donde las diferencias entre temperaturas diurnas y nocturnas en el momento de la maduración establecen el equilibrio perfecto entre los azúcares y la acidez de la uva.
La cepa blanca Verdejo, característica y autóctona de esta zona, es la que imprime el sello distintivo a estos vinos. Rueda produce unos vinos blancos de fuerte personalidad, de color pálido, de sutil y finísimo aroma, de paladar fresco, amplio, serio y equilibrado y con un elegante final de boca.
Se elaboran también vinos de licor envejecidos en envases de madera de roble y espumosos, vinos que constituyen una auténtica singularidad enológica.
El Reglamento ratificado en el 2002, introduce en esta Denominación también los vinos tintos, principalmente a base de Tempranillo, y rosados.
En noviembre de 2001, se ratificó el nuevo reglamento de la Denominación de Origen Málaga, en el que, además de realizar una actualización de los principales elementos que lo conforman, se reconoce y regula la nueva DO Sierras de Málaga para vinos "stricto sensu". Mientras la DO Málaga ampara vinos de licor y vinos naturales dulces, la DO Sierras de Málaga comercializa los vinos blancos, tintos y rosados con una graduación de menos de 15% de volumen.
Cinco comarcas constituyen la zona de producción de la Denominación de Origen Sierras de Málaga: Axarquía, Montes, Zona Norte, Costa Occidental y Serranía.
Las principales variedades de uva utilizadas para la elaboración de estos vinos son Chardonnay, Pedro Ximénez, Moscatel de Alejandría, Moscatel de Grano Menudo, Macabeo y Sauvignon Blanc, en blancas; y Merlot, Carbernet Sauvignon, Rome, Syrah y Tempranillo para las tintas.
El resultado son unos vinos blancos de color amarillo, de aroma varietal, elegantes y nítidos, de sabor afrutado fresco con tonos ácidos. Los tintos se muestran con cuerpo, bien estructurados, en los que predominan los sabores y aromas minerales y del terruño.
En el centro de la Provincia de Huesca encontramos la Denominación de Origen Somontano. Es una región de grandes contrastes en las temperaturas, con inviernos fríos y veranos calurosos. La temperatura nocturna desciende considerablemente. Así, las uvas obtienes suficientes azúcares y mantienen al mismo tiempo sus agradables aromas y ácidos.
Las viníferas tintas que se cultivan en Somontano son Garnacha, Moristel, de gran finura y personalidad, Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Parraleta; y entre las blancas, Macabeo, Garnacha Blanca, Alcañón y Chardonnay.
Los vinos de la DO Somontano están muy adaptados al gusto actual. Son vinos de buena graduación, afrutados y con excelente acidez, cualidades muy peculiares que les diferencian de los que eran típicos de Aragón. Los tintos, muy característicos, son francos y elegantes, con una gran estructura y riqueza de matices.
Además de los vinos tintos típicos de la zona, se elaboran rosados de brillante color, delicados aromas y suave sabor.
En los vinos blancos resaltan sobre todo las cualidades de afrutamiento que les proporciona la variedad Macabeo y el frescor, acidez y aromas que les cede la Chardonnay.
Bajo la benigna influencia de los frescos y húmedos Alisios del Atlántico y sobre terrenos de origen volcánico, esta Denominación de Origen se sitúa en la vertiente Norte de la Cordillera Dorsal de la isla de Tenerife, en el Archipiélago Canario. Bellísima comarca, pletórica de luminoso y vivo verdor, constituida por un plano inclinado atravesado por numerosos barrancos, en donde el viñedo, cultivado en terrenos aterrazados, se encarama desde casi el borde marino hasta cerca de los 1.000 m de altitud, concentrándose, no obstante, la mayor parte de su viñedo entre los 300 y 750 m.
Las particulares condiciones naturales y humanas de la zona han producido formas muy originales de cultivo de la vid, consistentes en plantaciones en líneas muy separadas (6 a 8 m) de cepas formadas en rastras que se apoyan en soportes (horquetas) y se extienden ocupando, durante el período activo de la planta, toda la superficie de la parcela, para después, una vez efectuada la vendimia, ser recogidas sobre la línea dejando así la parcela libre para cultivos herbáceos, principalmente patatas.
Los vinos de Tacoronte-Acentejo gozan, desde siempre, de un merecido prestigio regional y, en los últimos tiempos, gracias al desarrollo tecnológico y organizativo de la zona, han adquirido proyección nacional e internacional.
Estos vinos son fundamentalmente tintos jóvenes, muy bien armados en boca y de un carácter aromático, afrutado, muy personal. En proporciones mucho más reducidas se elaboran, también, blancos y rosados, jóvenes, de corte muy actual.
Las principales variedades de la Denominación son Listán Blanco, Gual, Marmajuelo y la típica canaria Malvasía, en blancas; y Listán Negro y Negramoll, entre otras, en tintas.
La Denominación de Origen Tarragona se localiza en la parte central de esta provincia, con un clima mediterráneo de suaves temperaturas y precipitaciones irregulares.
Los vinos blancos gozan del aprecio del consumidor, por su moderada graduación y su afrutado aroma; son vinos suaves y ligeros, de acidez poco marcada.
En la subzona de Falset, la mezcla de Mazuela y Garnacha, da lugar a vinos tintos robustos, equilibrados y redondos, de algo más de 13º.
En la subzona de Tarragona Campo, a base de Ull de Llebre, se elaboran vinos ligeros de acidez media y elegantes.
Se siguen elaborando vinos licorosos -Tarragona Clásico- tradición que resiste al tiempo y a la mecanización. Sin embargo, en la actualidad, han cobrado especial protagonismo en la producción vinícola catalana, los rosados de Tarragona, vinos excelentes al paladar, finos y elegantes.
Al Oeste de la provincia de Tarragona, entre el río Ebro y los límites de Zaragoza y Teruel, encontramos el viñedo protegido por la Denominación de Origen Terra Alta.
El clima es mediterráneo con rasgos de continental, que provoca temperaturas que fluctúan entre los -3ºC y los 38ºC.
Es característico de Terra Alta el cultivo en terrazas, en suelos fuertes, profundos y no demasiado permeables. Las vides se podan muy cortas para conseguir un porte rastrero y aprovechar la humedad del terreno.
Terra Alta elabora vinos blancos recios, de alta graduación, amplios y de gran cuerpo, a partir de uvas de Garnacha Blanca y Macabeo. Los tintos de mucha capa, se elaboran con mezcla de las tres variedades tintas autorizadas: Mazuela, Garnacha Negra y Garnacha Peluda.
La Denominación produce también vinos generosos dulces con 100% de Garnacha Blanca.
Esta denominación está ubicada al sureste de la provincia de León, englobando municipios de esta provincia y de las limítrofes de Zamora y Valladolid, en una extensión de 2.500 hectáreas, con una producción aproximada de 2 millones de botellas.
La DO Tierra de León se caracteriza por la utilización de la variedad autóctona Prieto Picudo en la elaboración de sus vinos. Desde muy antiguo, toda esta zona ha estado llena de pequeñas bodegas subterráneas donde se hacían vinos casi familiares que se caracterizaban por tener unos aromas frutales y frescos, y un paladar carbónico. El vino era rosado y se elaboraba a partir del sangrado de esa variedad de uva, la Prieto Picuda.
Los tipos de los vinos amparados por la D.O. Tierra de León son los siguientes:
- Blanco, elaborado a partir de un mínimo del 50% de uvas de las variedades blancas principales Verdejo, Albarín Blanco y Godello y el otro 50%corresponderá a las variedades complementarias (Malvasía y Palomino).
- Rosado, elaborado a partir de un mínimo del 60% de uvas de las variedades Prieto Picudo y/o Mencía, y el 40% restante corresponderá a las variedades tintas y/o blancas complementarias. Su graduación alcohólica adquirida mínima será de 11°.
- Tinto, elaborado a partir de un mínimo del 60% de uvas de la variedad Prieto Picudo y/o Mencía. El 40% restante se podrá repartir entre las uvas tintas permitidas (Tempranillo y Garnacha).
La Comarca de Tierra del Vino se encuentra situada en el Sureste de la provincia de Zamora (Castilla y León), a ambos lados del río Duero.
Con una superficie total de 1.799 Km2, engloba un total de 56 municipios, de los cuales 46 pertenecen a la provincia de Zamora y 10 a la de Salamanca.
Esta zona se caracteriza por un clima continental extremo y árido, con inviernos muy fríos que no superan los 3ºC, y veranos muy secos y calurosos.
Las variedades más representativas para la elaboración de los vinos son la Tempranillo, en Tinta, y en blanca la Malvasía, Moscatel de grano menudo y Verdejo. Como variedades complementarias también se usan las tintas Garnacha y Cabernet-Sauvignon, y las blancas Albillo, Palomino y Godello.
Al Sureste de Zamora capital, extendiéndose por esta provincia y la vecina Valladolid, se encuentra la Denominación de Origen Toro. El territorio incluye las comarcas naturales de Tierra de Vino y las Riberas del Duero, del Guareña y del Talanda.
Su viñedo se cultiva en suelos profundos, sueltos, a veces pedregosos, de escasa fertilidad y suave topografía, en general. El clima es continental extremado, con lluvias que alcanzan los 400 mm anuales, inviernos muy fríos, veranos secos y calurosos y alta luminosidad.
Los vinos que han dado merecida fama a la zona son los tintos, recios, con cuerpo y grado, afrutados cuando jóvenes, adquieren, por medio de una moderada crianza en madera de roble, finura de color, complejidad de nariz y suavidad de boca.
Las variedades de uva autorizadas por el Consejo Regulador son la Tinta de Toro (variedad preferente) y la Garnacha, en tintas, y la Malvasía y Verdejo en blancas.
Dadas las excepcionales condiciones climatológicas que se prestan en la zona, la variedad Tinta de Toro madura temprano, esto da la oportunidad para que las bodegas elaboren, además, vinos por el sistema de maceración carbónica (encubado de racimos enteros). Estos vinos fragantes, frescos y aromáticos se empiezan a comercializar a partir del mes de noviembre, dentro del mismo año de la recolección de la uva.
La D.O. Uclés abarca 1700 hectáreas de superficie de viñedo plantado. Cuenta con 6 bodegas productoras. El proyecto de creación de la Denominación de Origen Uclés surge en el 2003 con la iniciativa de 8 bodegas de la provincia de Cuenca, en Castilla-La Mancha, que a lo largo de su historia han evidenciado el potencial de la viticultura de la zona.
La zona de producción presenta connotaciones principalmente de carácter ambiental de relieve, de clima y de suelo diferentes a las de las regiones productoras típicamente manchegas. Principalmente basadas en la heterogeneidad del relieve, variabilidad y profundidad de los suelos y unas condiciones climáticas no coincidentes con la zona sur de la meseta. Ocupa una extensión de 175.000 hectáreas, aunque solamente 1.700 pertenecen a las vides aptas para dar vinos de Uclés. La zona presenta unos rangos de altitud entre los 500 y 800 m. en la mitad occidental, y entre los 600 y 1200m. en la mitad oriental, separadas ambas partes por la Sierra de Altomira.
Las variedades cultivadas en esas parcelas son blancas y tintas y se destinan a la elaboración de vinos tintos jóvenes y envejecidos; blancos jóvenes, fermentados en barrica y con crianza; blancos espumosos y rosados.
Entre los ríos Turia y Cabriel, alejándose de Valencia hacia el interior, encontramos la comarca de la Denominación de Origen Utiel-Requena. Su clima puede ser clasificado de tipo mediterráneo, aunque presenta rasgos de continentalidad que le vienen dados por la altitud y alejamiento del mar, características éstas que le diferencian notablemente del resto de las comarcas de Valencia.
Las tierras y el clima hacen que los vinos Utiel-Requena sean especiales, sobre todo los tintos y rosados elaborados con la variedad tinta Bobal, ya que es esta zona, prácticamente, la única del mundo donde se cultiva.
Con una superficie de casi 40.000 hectáreas, supone el viñedo más extenso y homogéneo de la Comunidad Valenciana. La región comprende nueve términos municipales: Caudete de las Fuentes, Camporrobles, Fuenterrobles, Requena, Siete Aguas, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel. Unas siete mil familias y más de cien bodegas viven de la vitivinicultura en la DO Utiel-Requena, por lo que el vino es el principal motor de la economía de esta zona.
La variedad Bobal es la más extendida en Utiel-Requena, ya que supone un 80% de la producción. Según todos los estudios realizados, la Bobal baja notablemente su producción fuera de esta región, desmereciendo la calidad del fruto, debido a que muestra clara preferencia por las tierras altas, con veranos cortos y secos, en los que desarrolla bien sus caracteres.
La Bobal es muy apropiada especialmente para obtención de vinos rosados de gran frescura y tintos de maceración carbónica, y desde hace unos años se ha convertido en la variedad estrella de la Denominación de Origen Utiel-Requena.
Esta Denominación de Origen ocupa parte de los bellísimos valles de los ríos Sil y Jares en el nordeste de la provincia de Orense. En esta comarca el clima es menos húmedo que en el resto de Galicia, combinándose la influencia atlántica con elementos continentales, dando lugar a unas condiciones muy adecuadas para el cultivo de calidad: alta luminosidad, temperaturas suaves y lluvias generosas.
Los viñedos se alinean en las laderas de las montañas que enmarcan los valles fluviales y en el fondo de éstos, ocupando suelos pizarrosos de muy buenas condiciones físicas y adecuada fertilidad, en ocasiones en pronunciadas pendientes.
La variedad de mayor calidad y prestigio, entre las blancas, es la Godello, uva que proporciona vinos blancos de muy fino aroma afrutado y floral y excelente estructura en boca. Junto a ésta aparece la variedad tinta Mencía, que proporciona vinos de color púrpura, intenso y elegante aroma frutal y tierna carnosidad no exenta de nervio. Otras variedades tintas autorizadas son la Garnacha Tintorera, María Ardoña o Merenzao.
Al sur de la llanura manchega se encuentra Valdepeñas, centro y capital de la Denominación de Origen, una de las más antiguas de España. El clima es rigurosamente continental, muy seco, con temperaturas que descienden hasta los -10ºC en invierno, y que alcanzan 40ºC en verano.
La mayor parte del viñedo corresponde a la blanca Airén y a la tinta Cencibel. Con la Airén se elaboran vinos blancos francos de moderada graduación alcohólica, poco ácidos y aromáticos.
Los tintos de Cencíbel, de bella tonalidad, son vinos bien armados, finos, muy aromáticos de jóvenes, que combinan perfectamente la suavidad con los caracteres varietales en el momento de madurez exacto.
Los claretes típicos de esta zona se obtienen mezclando el mosto blanco de la Airén, con la Cencíbel; de esta mezcla surgen unos vinos ligeros, neutros, de aroma sutil, cuyas cualidades se aprecian mejor durante su juventud. Vinos excelentes para el chateo, por su suavidad y ligereza.
La excelente ubicación geográfica y el formidable clima hacen que esta zona de producción elabore los vinos tintos de más color de todo el Levante español. El clima es plenamente mediterráneo, con temperaturas suaves y mucha insolación.
Esta comarca se divide en cuatro subzonas: al noroeste, Alto Turia; al norte y al centro, Valentino; y al Sur, hasta el límite con Alicante, Clariano; la subzona Moscatel de Valencia se superpone parcialmente a la Valentino.
La cepa blanca Merseguera, predomina en el Alto Turia. En Valentino destaca la Malvasía, la Pedro Ximénez y la Moscatel; en Clariano, la tinta Monastrell, y el Moscatel Romano en la subzona de Moscatel de Valencia.
Los vinos son variados. Se elaboran blancos muy aromáticos, frescos y afrutados, de bajo extracto y con una graduación entre los 10 y los 12ºC, con un ligero fondo almendrado.
Los tipos de Monastrell son vinos de mucho color, cuerpo y acidez media.
Los vinos de licor son dulces, amistelados, que se envejecen, a veces, en madera de roble.
La comarca vitivinícola del Valle de Güímar está situada en el sureste de la isla de Tenerife. Con más de 1.500 hectáreas de viñedo, comprende los municipios de Arafo, Candelaria y Güímar.
El viñedo se extiende en esta comarca desde zonas cercanas a la costa hasta cotas muy altas, próximas a los 1.500 metros. Los suelos de origen volcánico y el predominio de los vientos alisios marcan el carácter y la personalidad del vino.
Las uvas cultivadas son predominantemente blancas y la producción más característica de vinos es la de blancos de finas y elegantes cualidades. Pueden ser Secos, Semisecos o de Barrica, y en todos ellos la variedad predominante es la Listán Blanco.
También se elaboran tintos y rosados, vino dulce clásico, vino de licor y espumosos.
Las variedades autorizadas por la Denominación de Origen son la Listán Blanco, Gual, Malvasía, Moscatel, Vijariego y Verdello, en blancas. En tintas, destacan la Listán Negro, Negramoll y Tintilla. También están autorizadas, pero con muy pequeña presencia, la Malvasía Tinta, Moscatel Negro y Vijariego Negro.
Hay que resaltar el típico Malvasía Dulce, vino dulce natural elaborado con uvas Malvasía, sobremaduradas en las viñas. Su sabor dulce procede de restos de azúcar natural de la uva no fermentados. Posee excelentes aromas varietales, gran estructura gustativa y persistencia en boca.
Esta Denominación de Origen ocupa la comarca del Valle de la Orotava, en la vertiente septentrional de la Cordillera Dorsal de la Isla de Tenerife (Canarias). Los municipios de la Orotava, los Realejos y Puerto de la Cruz, constituyen, administrativamente, la zona de producción de esta Denominación de Origen.
Se trata de una comarca que impresiona por su serena belleza, de permanente y luminoso verdor y dulce clima, bajo la benigna influencia del régimen de vientos del Alisio, donde se da el fenómeno meteorológico denominado aquí "panza de burro" y que no es otra cosa que el mar de nubes que se forma sobre zona, a las faldas del Teide, lo que permite una delicada maduración de la uva que determina la obtención de unos frutos suaves y altamente aromáticos.
El viñedo se sitúa, con preferencia, en altitudes que van desde los 400 a los 800 m. sobre el nivel del mar, en zonas llamadas localmente medianías, en suelos de rojizo color, sueltos, fértiles, de origen volcánico. Las variedades más extendidas son Listán Blanca y Listán Negra, cuyas cepas adoptan interesantes y curiosas formas, con presencia minoritaria de otras blancas como la Pedro Ximénez, Gual, Malvasía, Vijariego, Verdello, etc.
Sus vinos más celebrados son los blancos, jóvenes, de color amarillo paja con tonos ámbar, aromas intensos finos y afrutados, muy equilibrados en boca y con buen retrogusto; y los tintos jóvenes, de color rojo rubí y mediana capa, con intensidad y calidad de aromas afrutados, ligeros, redondos al paladar y con agradable posgusto. Se elaboran también algunos rosados de alta calidad.
La zona de producción está delimitada por términos municipales de las provincias de Salamanca y Zamora (mayoritariamente) y Salamanca, que el órgano de gestión considere aptos para la producción de uvas de las variedades autorizadas con la calidad necesaria para ser destinadas a la elaboración de estos vinos.
La zona de producción de este vino de calidad se extiende por alrededor de una decena de municipios del norte de la provincia de Segovia, cerca del límite con Valladolid y Burgos.
Se encuentra situada entorno a los 900 metros de altitud, sometido a los rigores del clima mediterráneo continental con inviernos prolongados, secos y fríos, y veranos calurosos pero cortos. Zona muy ventilada, lo que favorece el estado sanitario de las uvas. El suelo, con fondo de arcilla y superficie de cantos rodados, favorece la retención de agua en las raíces. Acumula el calor de día y lo desprende de noche, optimizando el proceso de maduración, aún con grandes cambios de temperatura.
Sus vinos son rosados y tintos de gran calidad, basados, principalmente en la variedad Tempranillo, perfectamente adaptada a la zona.
Apropiadas condiciones naturales para el cultivo de la vid y una muy antigua tradición vitivinícola se conjugan en esta Denominación de Origen. Su viñedo se distribuye en tres subzonas: Arganda, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias, y aunque el clima (continental seco) es común a las tres, el tipo de suelos y la topografía es bastante diferente entre ellas.
En las tres subzonas se elaboran vinos tintos, rosados y blancos. Los tintos de San Martín de Valdeiglesias son vinos robustos, ricos en cuerpo y color, muy afrutados y sabrosos, baja acidez, cálidos y enérgicos.
Los tintos de Navalcarnero presentan rasgos comunes con los anteriores, si bien su graduación alcohólica es más moderada. En la subzona de Arganda se producen tintos de bonita librea, moderada graduación, equilibrados, que sometidos a crianza en roble adquieren complejidad y elegancia.
Los blancos más significativos son los de Arganda, pálidos, suaves y de paladar afrutado. En San Martín de Valdeiglesias los blancos brisados (fermentados con la casca) de Albillo, tienen una arraigada tradición.
Los rosados de San Martín de Valdeigleisas y Navalcarnero son muy afrutados, de atractivo color, sabrosos, carnosos y con vigor.
En 1996 se introdujeron en la Denominación los vinos espumosos.
Esta Denominación de Origen ocupa el ángulo noroccidental de la isla de Tenerife, en el Archipiélago Canario, presentando, por tanto, una doble fachada al Océano Atlántico.
La actual Denominación de Origen es heredera de la Comarca de Icod de los Vinos, afamada productora de vino Canary que tanta gloria alcanzó en tiempos pasados.
El viñedo se cultiva en altitudes que van desde los 200 m. hasta más de 800 m., en parcelas muchas veces abancaladas dado lo accidentado del terreno.
El clima es benigno, con temperaturas suaves en invierno y frescas en verano. La comarca disfruta de un apropiado régimen de lluvias aunque acusa una marcada sequedad estival, atenuada, en buena medida por la condensación de la humedad atmosférica aportada por los vientos Alisios (la llamada lluvia horizontal).
Las variedades permitidas en la Denominación de Origen son veinte, siendo las más extendidas la Listán Blanco, Listán Negro y Negramoll, con un comportamiento extraordinario dadas las características edafoclimáticas de la comarca. No obstante, en la actualidad se están recuperando variedades como Gual, Marmajuelo, Vijariego, Tintilla y Malvasía.
De todas ellas, se obtienen vinos blancos, rosados y tintos jóvenes. Los dos primeros, de gran interés, son vinos de muy moderna concepción, ligeros, frescos, equilibrados y sabrosos, de una extraordinaria intensidad aromática, muy original y atractiva. Los tintos son, asimismo, ligeros y perfumados, con un retrogusto difícil de olvidar.
Existe una limitada pero interesante producción de vinos dulces, obtenidos a partir, fundamentalmente, de las variedades Malvasía y Moscatel.
Entre Jumilla y Alicante encontramos una zona protegida por la Denominación de Origen Yecla. El clima de esta región es tan duro como en Jumilla: muchísimo calor en verano y fríos extremos en invierno; las precipitaciones son muy escasas, pero la zona goza de muchísimas horas de sol al año. Los terrenos para el cultivo de la vid son pobres, con una gran proporción de tierra caliza, son suelos permeables que aprovechan las escasísimas lluvias.
En estas condiciones, la variedad predominante es la tinta Monastrell, típica de la zona y la mejor aclimatada a las condiciones de cultivo, que acapara un 85% de la producción; el resto de tintas (7,5%) está distribuído entre las variedades Garnacha Tinta, Garnacha Tintoreta, Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon y Syrah.
Por tanto, en Yecla se producen sobre todo vinos tintos, de amplia constitución, de color granate rubí, suaves y sabrosos, con aroma intenso y de gran personalidad.
En menor medida se elaboran también blancos y rosados, bien constituidos y afrutados, así como vinos de licor y espumosos.