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Hablamos de... Miel, la medicina natural

La miel es la sustancia azucarada que elaboran las abejas para alimentar a sus larvas a partir del néctar de las flores o de las secreciones procedentes de partes vivas de las plantas, o que se encuentran sobre ellas. Esta solución es transformada y combinada por las abejas con sustancias específicas de su propio organismo, y la almacenan y dejan madurar en los panales dentro de sus colmenas.

El hecho de que la miel haya acompañado al hombre a lo largo de los siglos, es de por sí una solída garantía de su eficacia, ya que ha sido uno de los alimentos-medicina más utilizado.

De las propiedades medicinales de la miel que han sido comprobadas suficientemente, podemos resaltar:

Inmunológicas: por la acción bactericida que le proporciona la inhibina y el ácido fórmico. En este sentido, es perfectamente válida para la curación de heridas, llagas y quemaduras.

Laxantes: para curar el estreñimiento se toma en ayudas un vaso de agua en el que se ha disuelto previamente una cucharada de miel.

Sedantes: las personas nerviosas o fatigadas pueden tomar por la noche un vaso de agua caliente o leche donde se ha disuelto una buena cucharada de miel. No existe somnífero más inofensivo.

Propiedades nutritivas

El valor energético de la miel es de 337 calorías por 100 gramos. Contiene una elevada concentración de azúcares, de los cuales un 38% son fructosa, un 31% glucosa y pequeñas cantidades de sacarosa (1-2%). La miel aporta ácido fórmico, minerales, especialmente potasio, pero también cloro, calcio, fósforo, magnesio, etc., y vitaminas (B1, B2, B3, B5 y vitamina C).

El color y sabor dependen de la edad de la miel y de la fuente del néctar. Las mieles de color claro suelen ser de mejor calidad que las oscuras.

Tipos de miel

Las principales variedades de miel son dos: miel de flores o miel de néctar, es la que procede del néctar de las plantas; y la miel de mielada, que procede en su mayor parte de excreciones de insectos chupadores de plantas presentes en las partes vivas de las plantas o de secreciones de las partes vivas de las plantas.

Una vez producida la miel por las abejas, se la somete a varios procesos. La extracción por centrifugación del panal es el método ideal porque no altera las propiedades de la miel; la extracción por presión es otro método que consiste en exprimir el panal generalmente en caliente. Con este último se obtiene mayor cantidad de miel, pero se destruyen las sustancias de acción antiséptica y antibiótica por efecto del calor.

Según el procedimiento utilizado, también se puede obtener miel filtrada, que es la que se consigue eliminando materia orgánica o inorgánica ajena a la miel, de manera que se produce una importante eliminación de polen.

En algunos casos, la miel procesada industrialmente se calienta alrededor de 65-75ºC para hacerla más fluida y que no cristalice, con lo que se pierden parte de sus propiedades. Este método es conocido como “choque térmico”.

El polen

El polen, polvo microscópico producido por los estambres, es el elemento masculino fecundante del óvulo de la flor. Este polvillo es recogido por las abejas, debidamente amasado, hecho en pelotitas de 2 a 3 mm de diámetro, que ellas mismas transportan en los cestitos de las dos patas traseras a la colmena para la alimentación proteica o de crecimiento de las larvas.

El polen contiene hasta un 35% de proteínas, 6 vitaminas (C, A, E, B1, B2 y B6) y hierro, cobre, magnesio, sodio, potasio, calcio y silicio. Además, es uno de los más rápidos normalizadores conocidos de la función intestinal (contra diarreas, disepsias, etc.)

El consumo habitual de polen produce una rehabilitación general del vigor muscular y de la lucidez mental. Aumenta el apetito de los niños desganados y devuelve la salud a los anémicos.

Desde hace unos quince años el polen ocupa un lugar destacado entre los productos naturales que reemplazan con éxito a las medicinas químicas. Los resultados más espectaculares se han conseguido en curaciones de próstata.

Resumiendo, el polen produce entre otros los siguientes efectos positivos para el organismo:

Aumento rápido de glóbulos rojos (contra la anemia). Se ha comprobado que medio gramo de polen diario aumenta 80.000 glóbulos rojos por mm3 de sangre en un mes.

Eficaz cicatrizante interno (contra las úlceras).

Normaliza la función hepática y gastrointestinal.

Cura la prostatosis y la impotencia.

Vigoriza la vista.

Aumenta la leche materna.

El polen a la venta en tarros herméticos no ha sufrido ninguna transformación, sólo se le ha quitado la humedad hasta dejarlo en el 8%, que es el valor exigido para su buena conservación.

La jalea real

La jalea real es un producto segregado por las glándulas faríngeas de las abejas nodrizas que tiene la misión de alimentar a todas las larvas de la colmena durante los 3 primeros días de edad, excepto las seleccionadas para nacer reinas que se alimentarán así durante toda su vida. Esta diferencia de alimentación entre una obrera y una reina es la que marca este abismo entre una vida de 40 ó 50 días de una obrera y los 4 ó 5 años de una reina.

Estos hechos fueron los que dieron pie desde hace unos 30 años a interesarse a nivel de investigación médica y dietética y comenzar una investigación en varios importantes laboratorios de todo el mundo, con el fin de averiguar qué principios contenía esta sustancia que tan espectacular resultado obra en la colmena. Hoy en día se sabe de muchos componentes en la jalea real, pero queda mucho por descubrir y falta todavía lo más importante: la mágica interacción entre todos ellos para conseguir efectos tan importantes no sólo en la colmena, sino en las numerosas especies de animales que se han tratado con este producto.

En cuanto a su composición, la jalea real tiene un porcentaje de humedad del 66%, el 12% por prótidos, la mayoría de ellos esenciales y perfectamente combinados, entre los que destacan: alanina, arginina, ácido aspártico, ácido glutámico, cisteína, glicocola, leucina, isoleucina, lisina, fenilalanina, prolina, serina, triftófano, treonina, tirosina y valina. Un 13,5% corresponde a glúcidos y un 5,5% son lípidos y grasas. El resto son oligoelementos y vitaminas entre las que destacan: B1, B2, Nicotinamida, Ácido Pantoténico, B6 o Piridosina, B8 o Biotina, B9 o Ácido Fólico y en cantidad más débiles B7, B12, A, C, D y E. Respecto a oligoelementos, podemos encontrar potasio, fósforo, hierro, calcio, cobre y silicio.

La jalea real no es que sea la panacea que lo cura todo, pero sí es verdad que se han conseguido resultados espectaculares en algunos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas, porque tiene un potente factor inmunológico y de crecimiento y multiplicación de las células sanas. En general, está indicada para niños retrasados y asténicos, adolescentes con desarrollo tardío, y para todo persona que lleve un desgaste físico o psíquico fuerte.

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