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20/04/2016, Interprofesional del Aceite de Oliva español
El proyecto LIFE+, cofinanciado por la Comisión Europea y coordinado por SEO/BirdLife, inicia su andadura de cinco años con el objetivo de recuperar la biodiversidad perdida del olivar y diseñar un modelo productivo que potencie su rentabilidad.
Rescatar biodiversidad en los olivares para incrementar su rentabilidad. Este es el principal objetivo del proyecto LIFE+ Olivares Vivos. Para conseguirlo, SEO/BirdLife junto a sus socios de la Universidad de Jaén, la Diputación de Jaén y la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC), diseñarán en los próximos cinco años un modelo de olivicultura que rescate la rica biodiversidad del olivar. Asimismo, el proyecto creará mecanismos de certificación que avalen este valor añadido en sus aceites y establecerá la mejor estrategia para transformar dicho valor en rentabilidad a partir de la marca de garantía Olivares Vivos. La iniciativa ha sido presentada hoy en la Universidad de Jaén.
Con un presupuesto total de 2,8 millones de euros cofinanciados por la Comisión Europea y los socios del proyecto, Olivares Vivos forma parte del programa europeo LIFE+ y cuenta, además, con el apoyo de la Interprofesional del Aceite de Oliva y la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero. Trabajará en 20 olivares demostrativos seleccionados a partir de las múltiples solicitudes recibidas y que, según sus responsables, prueban el interés del sector por la iniciativa.
José Eugenio Gutiérrez, delegado de SEO/BirdLife en Andalucía y coordinador del proyecto resume el objetivo de Olivares Vivos: “En los últimos años, el sector del olivar ha avanzado mucho en la promoción de la calidad del aceite y sus propiedades excepcionales para la salud. Sin embargo apenas hemos iniciado el camino para sacar partido a su potencial ambiental. No estamos aprovechando que el olivar es el cultivo más importante para la conservación de la biodiversidad en Europa”.
“El objetivo final de este proyecto es devolver al olivar su biodiversidad perdida y convertirla en una herramienta que propicie un impulso para los olivareros. Eso es lo que se ha valorado en la Comisión Europea para incluir a Olivares Vivos en el programa LIFE+. Se trata de un proyecto que aúna los intereses de las instituciones, de los olivareros -que trabajan duramente para rentabilizar su producción- y de una sociedad, la nuestra, cada vez más preocupada por la conservación de la naturaleza. Con Olivares Vivos, cerramos este círculo”, añade la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.
Pérdida de biodiversidad, potencial para recuperarla
Según los programas de seguimiento de SEO/BirdLife, desde principios de los noventa hasta la actualidad se han registrado espectaculares descensos poblacionales de aves asociadas al olivar. Es el caso de fringílidos como el verderón, el verdecillo o jilguero, que han experimentado declives de hasta el 80%. Incluso se han detectado extinciones locales de espcies como el alzacola rojizo. “Buena parte de la vida que tuvieron los olivares se ha perdido, pero por suerte, en la mayoría de ellos recuperar biodiversidad no será una tarea costosa”, apunta Pedro Rey, catedrático de Ecología y responsable de uno de los grupos de investigación de la Universidad de Jaén que participan como socios del proyecto.
“Olivares Vivos plantea actuaciones de restauración principalmente enfocadas a las zonas improductivas del olivar: caminos, linderos, cárcavas o arroyos, entre otras. A la hora de rescatar biodiversidad, juega a nuestro favor que el olivar está en una zona caliente de biodiversidad, la cuenca Mediterránea. Además, su naturaleza forestal le proporciona estabilidad y el hecho de que el olivo sea una especie nativa y tenga detrás una historia milenaria de relaciones ecológicas con las especies de flora y fauna del mediterráneo, facilita la restauración de sus servicios ecosistémicos”, argumenta.
Olivares Vivos… y rentables
Sin rentabilidad no habrá biodiversidad. Con esta premisa parte el proyecto, que buscará que la marca Olivares Vivos se haga un hueco en el mercado del aceite. Para ello, los procesos de certificación de la marca estarán avalados científicamente y la rentabilidad estará asegurada por una estrategia comercial adecuada, así como de un esfuerzo de promoción. “De nada sirve una marca de garantía de biodiversidad si no está acreditada científicamente” indica Francisco Valera, investigador y responsable del socio EEZA-CSIC. “Y tampoco nada servirá si los consumidores no conocen perfectamente qué hay detrás de la marca Olivares Vivos”, añade Eva Murgado, especialista en Marketing y Mercados del aceite de oliva y encargada del otro de los grupos de investigación de la Universidad de Jaén involucrados en este proyecto LIFE+.
Para Sonia Bermúdez, responsable del socio Diputación Provincial de Jaén, recuperar la cultura del olivo desde su diversidad y multifuncionalidad es también un objetivo transversal del proyecto. “Estamos convencidos de que esto es especialmente importante en el olivar, un cultivo con un extraordinario patrimonio cultural que no sólo es importante para aprovechar el potencial de sus funciones ecosistémicas, sino también desde una perspectiva socioeconómica. Por esta razón, el proyecto LIFE+ contempla otra serie de acciones en las que ensayaremos nuevas fórmulas que integren patrimonio natural y cultural desde una perspectiva local”, explica.
Protagonistas: Olivareros y consumidores.
“Olivares Vivos propone un modelo que nos ayudará en el camino que ya hemos emprendido algunos olivicultores hacia la diferenciación de nuestros olivares y nuestro aceite. Mi olivar es ecológico y veo en Olivares Vivos una oportunidad excelente para que también pueda incrementar y certificar mi aportación la conservación de la naturaleza”, asegura Víctor Jiménez, uno de los olivicultores que participará en la primera fase del proyecto.
La iniciativa también se aplicará en olivares convencionales. “Yo creo que a todos los agricultores nos gustaría que en nuestros campos hubiera más vida. Quizá hayamos utilizado una agricultura demasiado agresiva. Si el modelo de olivar que se propone no incrementa de modo apreciable los costes de producción y la marca puede ayudar a la rentabilidad, estaré encantado de tener más vida en mi olivar”, añade Manolo Arjona, otro olivicultor de Torredonjimeno interesado en Olivares Vivos.
Según los responsables del proyecto, con los olivareros apostando por la biodiversidad y el Eurobarómetro constatando que el número de ciudadanos informados e interesados en la conservación de la biodiversidad crece de modo continuado en Europa, sólo falta que este interés llegue hasta la cesta de la compra. Que los consumidores valoren la iniciativa y los AOVE producidos en Olivares Vivos será el verdadero éxito del camino que ahora se emprende. Ellas y ellos tienen la sartén por el mango.