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09/02/2006, Cooperativas Agro-alimentarias
Las cualidades que pueden ser detectadas por los sentidos de la vista, el olfato y el gusto son las que determinan la compra de un Jamón de Teruel. Antes de adquirirlo, los consumidores se fijan en el color, el olor y en el sabor, si es que les dejan probarlo, del producto. Los compradores habituales del Jamón de Teruel eligen las charcuterías y tiendas tradicionales, antes que las grandes superficies a la hora de adquirirlo. Estos son algunos de los datos cualitativos aportados en la primera tesis doctoral que se ha realizado sobre el Jamón de Teruel, para cuya elaboración se han utilizado un total de 145 piedas de la DO Jamón de Teruel, todas ellas con un peso que oscilaba entre los 8,5 y 9,5 kilogramos.
Su autora, Irene Cilla Simón, licenciada en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza, incluye en el trabajo otros datos relacionados con la calidad y la vida del Jamón de Teruel. Concluye que las piezas procedentes de los cruces con la línea paterna, aportan un mayor contenido lípido al jamón, que tienen una mayor aceptación por parte del consumidor, probablemente por la influencia negativa de la grasa.