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25/11/2019, URCACYL
Tras la presentación del catálogo, los asistentes degustarán catorce platos elaborados con los productos de las cooperativas.
La presentación de este nuevo catálogo tendrá lugar el día 26 de noviembre, a las doce y treinta horas en la Escuela de Profesionales Alcazarén, ante representantes de las cooperativas, la hostelería, la restauración y la distribución. El acto contará con la presencia del consejero Jesús Julio Carnero, y a la finalización del mismo se degustarán catorce platos, elaborados por los alumnos de cocina de la Escuela.
El catálogo, que también se podrá consultar en su versión digital en la web de Descargar URCACYL, recoge referencias de más de 150 productos agroalimentarios de las cooperativas de Castilla y León. En el mismo figuran vinos de 26 bodegas cooperativas pertenecientes a diferentes Denominaciones de Origen; frutas y hortalizas de 9 cooperativas; leche envasada, quesos y postres lácteos de 10 cooperativas; carne de vacuno, ovino, porcino, pollo y conejo de 11 cooperativas. Y otras empresas cooperativas de azúcar, legumbres, piñones, huevos, mieles, aceites y otros productos que da la tierra de Castilla y León.
Además de las referencias a los productos alimentarios, en el catálogo se exponen las ventajas de su consumo y se relacionan 17 tiendas o supermercados de las propias Cooperativas agroalimentarias.
Para la realización de este catálogo, Urcacyl ha contado con la colaboración de las Cajas Rurales de Castilla y León y con la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.
Elementos diferenciadores de los productos cooperativos
Las Cooperativas conocen a sus socios productores y saben de la ubicación y procedencia de sus explotaciones y de sus productos. Los técnicos de campo, veterinarios y agrónomos, asesoran, controlan y hacen un seguimiento directo de los procesos de producción (semillas, fitosanitarios, fertilizantes, alimentación, manejo, sanidad…), de transformación (maquinaria, envases…) y de comercialización (transporte, frio…) de los alimentos que producen sus socios y elaboran en sus instalaciones.
Además velan por la sanidad vegetal en el campo, por el bienestar animal en las granjas y por la alimentación saludable en la mesa. Por ello los productos que ofrecen –pertenecientes mayoritariamente a Denominaciones de Origen y figuras de calidad- poseen unas condiciones inmejorables para garantizar, mediante la trazabilidad, la calidad y la seguridad alimentaria, presentando unos alimentos sanos y seguros desde el campo a la mesa.
Las Cooperativas que transforman sus productos, facilitan información sobre los mismos, y en su afán por atender las demandas de los consumidores, están preocupadas por sus gustos y necesidades, y por ello investigan y desarrollan productos sostenibles, novedosos, agradables al paladar y vinculados a las últimas tendencias y hábitos de compra, conjugando tradición con innovación.
Al ubicarse en el medio rural y ser conscientes de que en su futuro les va la defensa del medio ambiente, las cooperativas están implicadas en la bioeconomía, en la economía circular, en la recogida de residuos, en la agricultura de conservación, en la optimización del aprovechamiento del agua, en las energías renovables…
Por otro lado las Cooperativas son empresas desde siempre socialmente responsables, que están ubicadas en el medio rural y contribuyen a su sostenibilidad y evitan una mayor despoblación. También favorecen el desarrollo empresarial regional, ya que el 100% de su capital es de Castilla y León y procede del sector agrícola y ganadero.
El consumo de los productos elaborados por las cooperativas posibilita que los socios, agricultores y ganaderos, que viven y trabajan en el medio rural y por el medio rural, sean partícipes de los beneficios de la cadena alimentaria, obteniendo para ellos un valor añadido y unos márgenes comerciales que difícilmente podrían conseguir de manera individual u operando con otras empresas.
Su responsabilidad social se palpa, entre otros aspectos, en la generación de empleo, en la toma de decisiones de carácter democrático, en la dotación que hacen a fondos de formación para sus socios y trabajadores y en su interés por la comunidad en la que viven, a la que prestan servicios y con la que colaboran patrocinando actividades.
El cooperativismo agroalimentario de Castilla y León facturó 2.533 millones de euros en el ejercicio 2018, dispuso de 2.429 trabajadores directos y cientos indirectos en servicios y trasportes, y agrupó a 40.952 socios.